NOS HABLAS, JOSE…

03/19/2012

Con tu silencio como respuesta

y con tus pisadas, suaves y humildes,

nos muestras el camino de la fe.

Con tu silencio, obediente y puro,

hablas, más que con palabras, con tus propias obras.

¡Sí; José!

Acercarse a tu pecho es sentir el rumor de Dios

saber que, en la soledad y en la prueba,

es donde se demuestra la grandeza que presumimos

la verdad o la mentira de lo que somos.

Nadie como Tú, José, habló tanto en imperceptibles palabras:

Tu vida fue un canto a la obediencia

Tu caminar se convirtió en letra impresa

Tu sendero marcó un antes y un después

para los que, como Tú, queremos seguir dejando huella.

¡NOS HABLAS, JOSÉ!

Desde la bondad frente a tanto odio

Desde la fe ante las dudas que nos rodean

Desde el silencio cuando el ruido nos atenaza

Desde la responsabilidad

cuando caemos bajo el peso de nuestras fragilidades

¡NOS HABLAS, JOSÉ!

En sueños que, mirando al cielo, se convierten

en destellos divinos.

En sueños que, mirando a la tierra,

nos empujan a ser decididamente rectos

En sueños que, en las noches oscuras,

disipan preocupaciones y horas amargas.

¡NOS HABLAS, JOSÉ!

Sin elocuencia pero con la verdad de tu vida

Sin ruido pero con la decisión de tu cayado

Sin, subidas o bajadas de ángeles,

pero con los pies en la tierra

Sin riqueza en tu hogar ni monedas en tu túnica

pero con el tesoro inmenso de tu fe sin límites.

¡Sí! ¡Así nos hablas, José!

Toda tu vida es páginas por escribir

de alguien que ya habló con su propia existencia.

Amén
 

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