DAR LA VIDA CANTANDO AL AMOR

09/22/2020

 

El esplendor y el ardor divino

no me calcina, sino que me templa,

me purifica, me sublima

y me dilata el corazón,

hasta el punto de que quisiera estrechar,

entre mis pequeños brazos humanos,

a todas las criaturas, para llevarlas a Dios.

 

Y quisiera hacerme alimento espiritual

para mis hermanos

que tienen hambre y sed

de verdad y Dios;

quisiera vestir de Dios a los desnudos,

dar la luz de Dios a los ciegos

y a los ansiosos de más luz,

y abrir los corazones

a las innumerables miserias humanas

y hacerme siervo de los siervos

distribuyendo mi vida entre los más indigentes y desamparados.


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