PROGRAMA CONCIERTO MÚSICA SACRA 12 DE MARZO 19,45 horas.



CONCIERTO MÚSICA SACRA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



DIA DE TODOS LOS SANTOS

El 1 de noviembre no es una fecha más en el calendario. Esa jornada los cristianos festejamos el día de todos los santos. Un momento muy especial porque recordamos de manera muy personal a nuestros seres queridos. Ellos han alcanzado la gloria eterna, están junto a Dios y velan por nosotros.

Es un día de alegría y sin embargo de tristeza. Añoramos su presencia, su calor, su amor, el día a día con que nos relacionábamos, ahora lo hacemos de otra forma. Cuando rezamos nuestros recuerdos y pensamientos vuelan hacia ellos y pedimos al Señor que los haya acogido en su regazo.

El 1 de noviembre honramos a nuestros seres queridos fallecidos y nos trasladamos a los cementerios con  flores y oraciones. Como ellos, nosotros tenemos fe en la Resurrección de Cristo. Jesús al morir nos dio la vida a los seres humanos, fue un acto de generosidad y de amor.

¡Jesús es el camino y la vida!

Feliz día de Todos los Santos

Antonio Vaquerizo



AVE MARÍA, UN SOLO AVEMARIA NUESTRA SEÑORA NO LO OLVIDARÁ

La Santa Iglesia es Madre y Maestra. Y con la finalización del año litúrgico hace una analogía preciosa para recordar que todos somo peregrinos en esta vida y nuestra meta es llegar a unirnos a Cristo Rey, celebración última del calendario anual. Última fiesta antes del comienzo de la época fuerte del Adviento. Por ello nos anima con ruegos y plegarias que festejemos a todos los que nos han antecedido en este camino. Empezamos noviembre con “Todos los Santos”, seguimos con el día de difuntos y si visitamos un cementerio hasta el 8 se obtiene Indulgencia Plenaria para poner a disposición de cualquier alma que la pudiera necesitar. Incluso si está vivo.

La muerte siempre sobrecoge al Ser Humano, pero con gran razón los católicos hemos transformado, gracias a la Fe, la Esperanza y la Caridad esta gran pena humana, en una gran alabanza porque nuestros familiares gozan ya de la visión beatífica de Nuestro Señor. Como dice S. Pablo, “estar con Cristo es con mucho lo mejor”. La palabra “Cementerio”, significa en realidad “Dormitorio”. Es el lugar donde los creyentes esperamos la Resurrección a la Vida Eterna, Al día de nuestra muerte se ha llamado siempre “el día natalis”, porque es cuando realmente nacemos para la Vida Plena definitiva.

Y como mejor nos preparamos para ello es poniéndonos en las Celestiales Manos de Nuestra Señora. Nosotros no somos capaces de llevar “El traje de fiesta” que nos pide Nuestro Señor para entrar en el Banquete de las Bodas Eternas, pero Nuestra Señora sabe remendar, planchar, adecuar a todos aquellos que durante la vida terrena han puesto su confianza en Ella. Fijaros la grandeza del AveMaria….”Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”.

Cada vez que en vida lo recitamos, nos ponemos en Sus Manos y no solo para el momento de orar, si no en el momento de la muerte.

¡¡¡Que inmensa felicidad la de aquellos que al cruzar la puerta de la Vida se encuentren a Nuestra Señora esperando en la entrada para llevarlos a la presencia de Su Divino Hijo!!!

En vida “Haced lo que Él os diga” y en la hora de la muerte ya lo hará Ella.

 

Manuel García



JORNADA DE ORACIÓN POR LA PAZ DEL DÍA 27

 

Tierra, Mundo, Mar, Naturu, Nature

NUESTRA COMUNIDAD PARROQUIAL OS INVITA A PARTICIPAR EN LA ORACIÓN ORGANIZADA  A LAS 19,30 HORAS EN NUESTRA PARROQUIA.

El arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, ha convocado este miércoles «a todas las comunidades, parroquias y fieles de la diócesis a que se unan el día 27» de octubre a la «jornada de oración por la paz» convocada por el Papa Francisco. La iniciativa responde a «lo que está sucediendo en Palestina e Israel, al igual que ante lo que acontece en Ucrania y en tantos lugares de nuestra casa común».

Al final de la audiencia general del pasado miércoles, el Santo Padre anunció que había convocado para el viernes de la semana próxima «una jornada de ayuno, oración y penitencia». En Roma, el momento central será una vigilia a las 10:00 horas, «una hora de oración para pedir la paz en el mundo» vivida «en espíritu de penitencia». Tanto a la vigilia como a unirse a la jornada están invitados también «los hermanos y hermanas de las diferentes confesiones cristianas, quienes pertenecen a otras religiones y aquellos con la causa de la paz en el corazón».

El Pontífice pedía que «todas las Iglesias particulares se unan organizando iniciativas similares que impliquen al pueblo de Dios». En respuesta, el comunicado del cardenal Cobo explica que «nos uniremos a la oración en Roma desde nuestras casas o en las Eucaristías de ese día, o convocando oraciones especiales en nuestras comunidades. Desde la oración común, tomamos partido por la paz y pediremos que se silencien las armas y se escuche el grito de los inocentes que mueren y sufren».

Sus palabras coinciden con las del Papa, que exhortaba «a todos los creyentes a mirar este conflicto desde solo un bando: el de la paz». En su saludo en italiano después de la catequesis, el Santo Padre lamentó que «las víctimas aumentan y la situación en Gaza es desesperada». «Por favor, haced todo lo posible para evitar una catástrofe humanitaria», pidió.

Por el momento, la Comunidad de Sant’Egidio en la capital celebrará a las 20:00 horas, simultáneamente con la del Vaticano, una vigilia de oración en la iglesia de Nuestra Señora de las Maravillas (Dos de Mayo, 11).

«Cada guerra es una derrota» 

No es la primera vez que el arzobispo de Madrid se pronuncia sobre el conflicto que estalló el 7 de octubre después del ataque de Hamás a Israel. El 9 de octubre, publicó un mensaje en X (antes Twitter) en el que afirmaba que «ante la terrible situación en que se encuentran los pueblos de Israel y Palestina, nos unimos al Papa para pedir el fin de la guerra y del terrorismo. Como nos dice él, cada guerra es una derrota. Oremos por la paz y por quienes sufren las consecuencias de este conflicto».

Apenas un día después, volvió a colgar un mensaje similar: «El clamor de las víctimas en Tierra Santa cuya voz llega hasta Dios nos exige en nombre de Dios y de todas las religiones gritar para que cese el derramamiento de sangre. Que el daño y la guerra se hagan reconciliación. Paz – Salam – Shalom».

La invitación del Papa se produjo solo un día después de la jornada de oración y ayuno por la paz convocada por el patriarca latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, el pasado martes, 17 de octubre. Toda la Iglesia española se sumó a su llamamiento a través de un comunicado de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso.

Fuente: alfayomega



LA FAMILIA, ÚLTIMA TRINCHERA ANTE LAS IDEOLOGÍAS: 7 PASOS PARA HACER DE TU CASA UN «HOGAR CATOLICO»

La familia, última trinchera ante las ideologías: 7 pasos para hacer de tu casa un «hogar católico» - Blog Parroquia Santa Beatriz - 2023

La familia, última trinchera ante las ideologías: 7 pasos para hacer de tu casa un «hogar católico» - Blog Parroquia Santa Beatriz - 2023

El felpudo de una casa puede decir mucho de lo que los visitantes van a encontrar. Los hay viejos y corroídos, otros tienen mensajes que «invitan a entrar» como «si pasas, que sea con cerveza», están los que parecen incluso una obra de arte o hay casas que ni los tienen. Para Chiti Hoyos pueden ser incluso una alegoría evangélica. Especialmente si se entiende desde la incipiente Teología del Hogar, disciplina nacida en Estados Unidos que encuentra en Carrie Gress y Noelle Mering dos de sus principales exponentes.

Con la reciente publicación de Dios bendiga esta casa. Pequeño compendio de Teología del Hogar (Nueva Eva) Hoyos es una de las responsables del aterrizaje de la Teología del Hogar en España. Si se ve de forma superficial el Theology of Home de sus colegas americanas, podría parecer reducirse a una revista de decoración de interiores. Lo cierto es que esta disciplina busca la belleza del hogar, pero no desde un punto de vista meramente estético, sino trascendental.

La teóloga Lina María Gaviria Forero la definió así en 2022: «Es la comprensión del hogar desde la fe cristiana, a la luz de la cual el creyente profundiza en su significado en el plan de Dios y reconoce el hogar como lugar de santificación para la familia«.

Aunque de forma amable, la Teología del Hogar es una encarnizada trinchera en defensa de la fe frente a los atropellos de la posmodernidad. Cada vez son más los que contemplan cómo se adoctrina a los hijos sin posibilidad de réplica, cómo se descompone la familia o cómo nuevas ideologías penetran sutil o agresivamente hasta vaciarla de significado: el hogar, la familia, son «el último bastión», se dice. Pero ¿hay posibilidad de defenderse y hacerlo construyendo?

Desde las primeras páginas de Dios bendiga a esta casa, Hoyos expone como la misma historia de la Iglesia comenzó en un hogar, cuando a la Sagrada Familia se le negó el refugió y José y María hubieron de refugiarse en un pesebre que transformaron en la cuna de Dios, un hogar católico y acogedor.

Pero hoy, como para la Sagrada Familia, sigue sin ser sencillo encontrarlo o edificarlo. «¿Qué es lo que hace que un hogar sea católico?» es la primera pregunta que se hace la autora, licenciada en Derecho por la UNED, máster en Ciencias de Matrimonio y Familia por el Pontificio Instituto Juan Pablo II, esposa y madre de ocho hijos. En redes sociales se la conoce como La samaritana (@Damihibibere). Como respuesta, ofrece siete formas de lograr, o al menos identificar, el «hogar católico»:

1º ¿Encontraría Dios su delicia en nuestra casa… o desorden y suciedad?

Hoyos parte de la base de que la fe «se muestra en la forma de cuidar de la casa y la familia» y de que el modo en que se aborda este cuidado depende mucho de si se contempla o no con los ojos de la fe.

«Mirando como Dios mira nuestro hogar podemos descubrir que Él se regocija en medio de sus creaturas. Un verdadero hogar católico es un hogar donde Dios se pasea, donde encuentra su delicia. Una casa llena de desorden o sociedad no muestra el gozo del paraíso. Se trata de aplicar la norma de San Benito, el ora et labora, y al terminar las tareas de la casa, gozar del trabajo bien hecho y de la compañía del Señor, que tan generoso ha sido a la hora de proporcionarnos un hogar donde se le da gloria», explica.

2º Toda la familia rezando el rosario, anhelo del hogar católico

Medallas, detentes, rosarios, agua bendita, crucifijos en los cuartos, cuadros… Todo eso que en el cine se representa muchas veces como estrambótico es para Hoyos la materialización del primer mandamiento en el propio hogar… y «ayuda» en la vivencia de la fe.

«Como somos frágiles, un católico necesita llenar sus casas de signos que recuerden su fe, pero no como mera decoración, sino para elevar el alma a Dios, avivar el espíritu y encender el corazón», explica. Hasta el punto de que recomienda, si es posible, tener un altar o un pequeño oratorio en casa, «con imágenes u objetos que muevan a la devoción» y la oración. Esta, añade, «es tan necesaria para un católico como la respiración» y es un rasgo especialmente distintivo del hogar católico que se rece en familia. «Las familias católicas guardan en su corazón el anhelo de ver a toda la familia junta rezando el rosario a diario, no todas lo consiguen, pero todas lo desean».

3º La liturgia doméstica, centro del hogar católico

Si la Santa Misa es el centro de la vida cristiana, la liturgia también debe serlo «del auténtico hogar católico». En él, dice la Teología del Hogar, se puede identificar cuando es Adviento, Cuaresma, Semana Santa o Pascua con sencillas costumbres como la corona, películas de la pasión o flores a la Virgen en sus fiestas. Se trata, dice Hoyos, de «caminar al ritmo de la Iglesia» desde el hogar, con una suerte de «liturgia doméstica» conformada por pequeñas rutinas como bendecir la mesa, rezar antes de acostarse o acariciar la imagen del Sagrado Corazón al entrar o salir de casa. Y como no hay liturgia sin ofrendas, agrega, estas son «las pequeñas tareas domésticas que hacemos pensando en el Señor: hacer las camas, limpiar el polvo o fregar el suelo son como las oraciones que se recitan en las letanías, gestos que apuntan al cielo».

4º Bendecir el hogar, mucho más que «agua bendita en el sofá»

Convencida no solo de que «Dios forma parte de la familia», sino de que «es tu familia», Hoyos invita a «darle una llave para que pueda entrar cuando quiera», y la mejor es la bendición del hogar. Hacerlo, dice, «es protegerlos del mal en virtud de la pasión de Cristo».

Pero bendecirlo con agua bendita «no es suficiente». «El demonio nunca se rinde. No puede soportar haber sido expulsado, así que espera pacientemente el momento óptimo para regresar. Por eso digo que no basta con que el sacerdote diga la bendición. Lo que verdaderamente nos protege es la gracia de Dios. Hace falta vivir el hogar de forma virtuosa, llevar en él una vida sacramental y de oración, perdonar y ser perdonados, que Cristo reine en el hogar, que la Virgen ejerza su maternidad espiritual sobre la familia y que San José nos custodie como hijos suyos. Hay que invitar a los tres a habitar bajo nuestro techo».

5º Que todo el que entre se sienta «como en casa»

Desde la Teología del Hogar, se contempla al hogar como «un refugio donde descansar y reponer fuerzas después de un día duro lleno de tentaciones, pruebas, caídas y sufrimientos«. Por eso, dice Hoyos, «nuestra casa ha de dar acogida a las personas que habiten en ella y resultar acogedora para los que nos vistan», haciendo «todo lo posible para que se sientan cómodas». En definitiva, «que a todo el que venga, el entorno le de la suficiente confianza como para abrir el corazón, elevar el espíritu y descansar el alma«.

6º Hogar católico, ergo «hermoso y bello»

En este Compendio de Teología del Hogar, la autora afirma que las familias católicas, vivan donde vivan, deben «aportar belleza» allí donde se encuentren. Y aquí entra en juego ese aparente manual de decoración que es Theology of Home: «No hace falta gastar mucho dinero.

Unos jarrones, macetas de geranios en la ventana, unas velas y un edredón o una colcha sobre el sofá contribuyen a llenar de belleza una casa de forma muy simple y natural. Una habitación cambia completamente al volverla a pintar de otro color».

7º Llevar palomitas o dejarse invitar: que el hogar hable de ti y sea único

Partiendo de la base de que «cada persona es única e irrepetible», Hoyos afirma que la fe católica en el hogar supone todo lo contrario a un hogar impersonal que no hable de los gustos de quien lo habita. Por eso, dice, «no vas a encontrar dos hogares católicos exactamente iguales, pero todos van a ser muy personales». Así, si hay sofisticadas sartenes de amantes de la cocina, lo lógico es aceptar las invitaciones que el anfitrión haga para cenar o si es cinéfilo, llevar palomitas.

Pero precisamente por esa personalidad única del hogar católico, Hoyos destaca la importancia de que si lo que se almacena en casa no expresa nada del anfitrión, es mejor deshacerse de ellos, ya que «crean un desorden innecesario y distraen de las cosas importantes».

Como la gracia, dice, el hogar «cambia y crece con nosotros», por eso «mejor tirar lo que no nos representa y dejar espacio a lo que está por venir».

Fuente: religionenlibertad