VIO UNA IGLESIA ABIERTA, ENTRO, REZO… Y SE HICIERON CATOLICOS

VIO UNA IGLESIA ABIERTA, ENTRO, REZO... Y EL Y SU FAMILIA SE HICIERON CATOLICOS - BLOG PARROQUIA SANTA BEATRIZ - 2023

VIO UNA IGLESIA ABIERTA, ENTRO, REZO... Y EL Y SU FAMILIA SE HICIERON CATOLICOS - BLOG PARROQUIA SANTA BEATRIZ - 2023

Vale la pena que las iglesias tengan las puertas abiertas y la gente pueda entrar en días de entre semana, que pueda rezar, poner velas o simplemente mantenerse allí en silencio. Hay gente con inquietudes espirituales, quizá ni siquiera católica, que busca precisamente eso. Y a través de unas puertas abiertas puede entrar en la comunidad cristiana.

Es el caso de David Gardner, de Rochester (Míchigan, EEUU): encontró una iglesia abierta, entró, se sintió atraído… y unos meses después se hacía católico, y atraía con él a la Iglesia a toda su familia.

Creyente, pero desconectado

David Gardner fue durante su juventud a una iglesia evangélica no denominacional. Allí conoció a Juliet, que sería su esposa. Juliet fue bautizada como católica maronita, un rito católico oriental muy difundido en Líbano y entre la diáspora libanesa en EEUU. Pero se alejó de la fe de su infancia y acudía a esta otra iglesia. Sin embargo, con el paso del tiempo, David se sintió cada vez menos satisfecho con los servicios religiosos de esa comunidad. Sentía que les faltaba profundidad.
«Durante años, me sentí cada vez más desconectado de ese estilo de iglesia. Mi familia iba allí, pero a mí no me alimentaba, no sacaba gran cosa de ir».David creía en Dios, pero quería ‘algo más’.

Su primera misa, en una Nochebuena

En cierta ocasión, David acudió a una misa de Nochebuena en una iglesia católica, y la experiencia le emocionó por su belleza y majestad. «Fue mi primera relación con la Iglesia Católica. No sabía nada sobre ella. No sabía nada de su sacralidad [de la Eucaristía]. Yo partía de cero. Pero me puso en un camino: yo quería que Dios volviera a mi vida».

Pasando el tiempo, David quería volver a sentir esa experiencia. Como viajaba bastante por razones de trabajo, a ratos perdidos miraba a ver si encontraba iglesias abiertas. Y un día encontró el Santuario y Basílica de la Florecita en Royal Oak (). 

La puerta estaba abierta. Entró. Rezó un poco, encendió unas velas mientras rezaba. Y unas semanas después volvió. Y volvió.
«Lo bueno del santuario es que está abierto todo el día», explica. Cada mes se las arreglaba para ir a esta iglesia a rezar, aunque estaba a 40 minutos de su casa. Y pronto también se quedó a misa, y repetía.
«Yo pensaba: ‘uau, esta misa es increíble’. ¡Entonces yo no sabía que todas las misas en el mundo son la misma! Me atraía, me hacía volver… y no sabía que en mi parroquia local hacían la misma misa», explica.

Un proceso para toda la familia

David habló con su esposa Juliet de lo que estaba viviendo. Él se apunto al curso de iniciación católica para adultos del Santuario, donde pronto le remitieron a la parroquia más cercana a su casa, Saint Andrew en Rochester. Mientras tanto, Juliet poco a poco empezó a redescubrir la fe católica de su infancia.

En la Vigilia Pascual de abril de 2022, David fue confirmado y recibió la Primera Comunión en su parroquia local. Unos días después, David y Juliet convalidaron sus votos matrimoniales según el ritual católico.
El Detroit Catholic le entrevistó un año después. David explicó que sigue asombrado de que Dios le atrajera a través de la misa, de su belleza, de una parroquia de puertas abiertas…

«Cuanto más aprendo de la fe y cómo se aplica, y de los sacramentos, y de la Eucaristía, más sentido le encuentro», dice. En su caso, con un trasfondo de «trabajar con ordenadores, con ceros y unos binarios», le gusta «rendir cuentas» en su vida día a día, repasar que cada día sigue la voluntad de Dios.

Esta Vigilia Pascual de 2023 se bautizó su hijo Tyler y uno de sus primos. Él, muy feliz, les anima a confiar en las indicaciones de Dios. «En mi caso, abandoné mis ideas preconcebidas y viví al experiencia de dejar que Dios me toque como Él quiere tocarme», explica. «Participar en la misa, en la Eucaristía, es algo que cada semana espero, continuamente me da paz», afirma tras un año de vida católica.

Fuente: religionenlibertad



«HAKUNA, ¡VIVA LA VIDA!»

«Hakuna, ¡Viva la vida!»

«Hakuna, ¡Viva la vida!»

Hakuna es, sin duda, uno de los fenómenos recientes de Nueva Evangelización más interesantes en la Iglesia Católica. Mientras llena plazas de toros con su música … mucha gente todavía desconoce en qué consiste esta Asociación Privada de fieles, aprobada el 27 de octubre del 2017 por Carlos Osoro, cardenal arzobispo de Madrid.

Para poder acercar al gran público a este movimiento, «que se ha hecho viral en redes sociales y que ha revolucionado la forma de vivir la fe en los jóvenes», la editorial MR acaba de publicar el libro Hakuna, ¡Viva la vida!

Una obra que recoge la experiencia de alguien que conoce por primera vez este grupo (el escritor José María Sánchez Galera) y la de quien ha estado desde sus orígenes (José Pedro Manglano, su fundador). Una doble visión que permite comprender mejor la esencia de esta realidad que está cautivando a miles de personas en todo el mundo.

Hacer propio lo que uno busca

El libro comienza contando la historia del músico español Antonio Vega, cuando ya estaba en sus últimas horas de vida. Tras un mes ingresado, casi medio delirando, empezó a rezar un Padrenuestro. Reclamado por un amigo del cantante, un sacerdote entra en su habitación del hospital de Majadahonda (Madrid) y absuelve sus pecados. Es el 12 de mayo de 2009, y, al fallecer Antonio, el cura descubre por televisión quién era aquel hombre.

Es un momento «donde el moribundo no tiene casi juicio, solo hay perdón, solo hay misericordia«. ¿Una historia que ejemplifica a la perfección lo que busca Hakuna? ¿Un espacio abierto al encuentro con Dios de forma libre, con «la alegría del Resucitado», sin prejuicios… para personas buenas y no tan buenas…?

Y, siguiendo con la historia de Antonio Vega, el texto revela algo más: «Quizá, para comprender a alguien que hace de su vida música, y de la música su vida, haya que cantar sus canciones». Es decir, hacer propio lo que uno busca: «Aprender a arrodillarse ante Cristo Hostia, para aprender a vivir arrodillados ante el prójimo, ante la vida y ante el mundo».

Hakuna es música

«Es vida de efervescencia musical y religiosa. Música popular, personal, no aprendida, sino surgida de sus vagidos espirituales, como el niño que gatea para andar, y emociona a sus padres. Se oyen guitarras, retumban las baquetas y platillos de la batería, hay simpatía y dulzura cándida«, se afirma en el libro.

Nacido en Madrid en el año 2013, Hakuna es un movimiento católico que, diez años más tarde, está presente en más de 20 países. El Papa Francisco, que lo describe como «una familia eucarística», ha recibido a sus miembros en varias ocasiones. «Las Horas Santas son el centro de todo, de ahí nace la Vida, y esa Vida es la que quieren llevar al mundo a través de la música, los libros, la formación, los conciertos, las fiestas… ¡y mucho más!».

Hakuna es una asociación de fieles, de acuerdo

Esa es la respuesta más fácil, pues para ser alguien en una institución necesitas una figura jurídica en la que encuadrar tu realidad. Así ya existes para esa institución. Pero Hakuna no es eso: ese es su traje. Y, ¿qué viste ese traje?», se pregunta Manglano.
Y, responde: «Hakuna es un camino espiritual hacia la Transfiguración: la liberación de la carne de todo aquello que es muerte, la encarnación progresiva de la Vida de Dios en nuestra realidad (…). Esto te permite valorar todo, disfrutar con la diferencia, ser forofo de lo otro, de lo distinto a uno mismo».

El libro se adentra en la intrahistoria de los conciertos de Hakuna. «Aunque no lo dicen así, es como si la alegría de compartir algo los enlazase más. La alegría y el alivio de que no están solos en su fe en Cristo (…). Una música que habla de Dios, de perdón, de confianza«, comenta el escritor Sánchez Galera en las páginas de Hakuna, ¡Viva la vida!

¡Viva la vida!

A través de una crónica detallada de los multitudinarios eventos musicales que ha protagonizado Hakuna, los autores introducen la historia de uno de sus miembros más queridos: Marta. Una joven que falleció por un cáncer, que llegó a vivir en El Estudio ( la sede central de Hakuna en Madrid) y que ha servido de inspiración para muchos de los que forman parte de esta realidad eclesial.

Otro de los momentos más interesantes del libro es cuando se habla de la forma que tiene Hakuna de dar nombre a las cosas: compartiriados, revolcaderos, pringados, God stops… «Con los nombres no buscamos la provocación, pero no nos importa provocar. En realidad no es afán de originalidad el hecho de, por así decirlo, renombrar (…). Se trata de que, el que asista, disponga de la libertad de poder aceptar algo que es nuevo, de plantearse y valorar desde cero, no a partir de experiencias previas».

La obra también habla de la vida que se lleva en El Estudio (entre Majadahonda y Las Rozas), de quiénes pasan por allí, de quién es el centro de todo… y de un espíritu de servicio muy interesante. «No se trata de que si te portas mal tengas que fregar (…). En Hakuna friega el que quiere, hace la comida el que quiere. Con cierta organización. Esto, a fin de cuentas, no es más que descubrir el privilegio del servicio«, comenta Manglano.

Otro de los capítulos más importantes de la obra es cuando se habla de la música: de cómo se compone, de quién está detrás y en qué se inspiran. «Las canciones son un pilar de la evangelización, no son un adorno (…). Es imposible que algo que está llamado a fundamentar mi vida entera y a transformar toda mi persona no encuentre un cauce de expresión a través de la música», relata José Pedro Manglano.

Y, llega el momento de «El poder de la Hostia»: uno de los rasgos clave de Hakuna. «La adoración es la primera posición del hombre espiritualmente sano. Adorar es la respuesta primera, espontánea, del hombre que ha reconocido la existencia y presencia de un Dios. Si adoramos, nos ponemos fácilmente en nuestro lugar. Quien adora, sabe estar en la vida», comenta el fundador en el libro.

«Manglano insiste en que la vida es fiesta por doble motivo: porque ha salido de las manos de Dios, y porque hemos sido rescatados (…). De modo que lo propio del cristiano es agradecer esos dones de Dios… festejándolos. La mejor manera de dar gracias es ser feliz y estar de fiesta. De fiesta continua, en cada detalle cotidiano. En contraste con un mundo poscristiano, donde el mero hecho de existir constituye una culpa abrumadora», se escribe.

La obra llega a su fin con una serie de impresiones de jóvenes que han pasado por Hakuna. «Es un sitio de donde te llevas amigos para toda la vida, donde vas a sentir un montón de esperanza. ¿Qué es lo que más me gusta? Sobre todo, que tú entras y ves a jóvenes contagiados por la alegría, ves a jóvenes que te dan esperanza», dice Sofía.

«Podríamos poner estas palabras en el carisma de Hakuna: vivir con belleza la alegría de ser cristiano, y contagiarla al mundo. Vivir nuestra realidad con cara de resucitados (…). Todo lo vivimos en la Casa del Padre, dentro del abrazo de Dios, donde Cristo ya ha resucitado. Pues el Cielo ya empieza aquí», concluye su fundador, José Pedro Manglano.

Fuente: religionenlibertad



CREEMOS EN LA RESURRECCIÓN

En días pasados asistí a un funeral. La gente estaba triste su ser querido abandonaba la tierra para seguir viviendo junto a Dios. Los que creemos en la resurrección de los muertos, también estábamos tristes, no volveríamos a ver a esa persona querida en nuestro pequeño mundo. Sin embargo, mi corazón no albergaba desazón porque Dios estaba a mi lado y me vino a la cabeza lo que Jesús le dijo a Marta, la hermana de Lázaro:

– ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? (Juan 11)

Y nosotros los cristianos, creemos. Sabemos que esta vida no se acaba aquí y que nuestro paso por la tierra es una etapa de nuestra eternidad. Es verdad, que muchos piensan que no es así, que no hay un más allá que nacemos, vivimos y morimos. Pero nosotros creemos en la resurrección de los muertos y de una vida que nos lleve a estar con Dios.

Jesús es la resurrección y la vida

¡Felices vacaciones!

Antonio Vaquerizo



NOS EXAMINAMOS CADA DIA

Nos Examinamos cada dia. No suspendamos la asignatura mas importante para un cristiano. La asignatura de Jesus

Nos Examinamos cada dia. No suspendamos la asignatura mas importante para un cristiano. La asignatura de Jesus

Las vacaciones están a la vuelta de la esquina y todos empezamos a prepararnos para disfrutar de un merecido descanso. Sin embargo, y eso bien lo saben los estudiantes, debemos afrontar el mes de junio, el mes de los exámenes. Son días duros para nuestros hijos, que tienen que «hincar los codos». Noches cortas y días largos. Madrugadas de café, bostezos y somnolencia para alcanzar el preciado objetivo, aprobar el curso.

Algo parecido nos pasa a los cristianos, pero nuestro examen debe ser diario. Tenemos que buscar un rato al día y hablar con Jesús, ponernos delante de él y abrirle nuestro corazón. Es verdad que el trabajo, la casa y los distintos avatares cotidianos hacen que sea complicado, a veces difícil, encontrar el momento. Sin embargo, encontrar unos minutos para hablar con el Señor nos reconforta y nos da ánimos para poder afrontar cada día.

No seamos malos estudiantes y dejemos pasar el rato. Que no nos puedan la vagancia o la desazón porque suspenderemos la asignatura más importante, la asignatura que es Jesús.

¡¡¡Jesús, es nuestro examen diario!!!

Antonio Vaquerizo



PARA TENER UN BUEN DIA… Y FORTALECER LA FE

10 consejos «cotidianos» para tener un buen día... y fortalecer la fe en momentos de flaqueza - Blog Parroquia Santa Beatriz - 2023

10 consejos «cotidianos» para tener un buen día... y fortalecer la fe en momentos de flaqueza - Blog Parroquia Santa Beatriz - 2023

«Jesús no mira tanto la grandeza de nuestras acciones, como la intensidad del amor con las que las hacemos», afirma el padre Broom en la web Catholic Exchange. El sacerdote enumera diez pequeños gestos cotidianos que pueden ayudarnos a fortalecer nuestra fe en momentos de flaqueza.

El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido como «Padre Escobita», es vicario en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da ejercicios espirituales, y organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio.

1. El momento más heroico del día

San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, propone que tan pronto como escuches el despertador, ponte de pie y haz tu ofrenda de la mañana para el día. El Cura de Ars decía que quien empieza bien el día, tiene más posibilidades de vivir bien el resto de la jornada.

2. Dominar la lengua

Todos deberíamos leer Santiago 3, uno de los mejores capítulos de la Biblia sobre los pecados de la lengua. El apóstol nos da un gran consejo para cuando nos encontramos frustrados y enfadados: «Debemos ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enfadarse».

3. Agradecimiento constante

Un buen consejo es que no pase un día sin dar gracias a Dios por todo, y, también, a los demás. Tanto «por favor» como «gracias» son condimentos que dan buen sazón a la vida doméstica.

4. Sonríe, incluso cuando no tengas ganas

Todos tenemos dolores de cabeza, de estómago, resfriados… y, a menudo, los pregonamos y publicitamos. Pero, qué difícil (pero qué agradable sería para Dios) si cuando no nos sentimos bien físicamente, le sonreímos a nuestra familia o a nuestro prójimo. La tristeza y el ceño fruncido son contagiosos, pero, también, la sonrisa y la alegría. Una sonrisa sincera y radiante es uno de los signos más claros de quien es seguidor de Cristo.

5. Elimina los malos pensamientos de inmediato

Todos tenemos malos pensamientos, sin embargo, la pregunta es, ¿qué hacemos con ellos? Una vez, un sacerdote le preguntó a un hombre si tenía malos pensamientos. El hombre respondió: «¡No, Padre, me entretuvieron!». Tan pronto como nos demos cuenta de estar teniendo cualquier pensamiento malo, impuro o pecaminoso, podemos intentar invocar la gracia de Dios y la ayuda de María.

6. Cuando recibas injusticias, reza y no maldigas

A todos se nos ha cruzado alguien en la carretera mientras conducíamos. ¡Nuestra reacción inmediata es maldecirlos! Pero, si somos sinceros, nosotros también hemos hecho lo mismo alguna vez. Sin embargo, Jesús prefiere que recemos por ellos. Jesús nos propone amar a nuestros enemigos y rezar por los que nos persiguen. Un Ave María por el próximo conductor que se nos cruce, para que tenga un viaje seguro y llegue sano a casa, igual sería una mejor opción. La carne se resiste… pero, ¡cuánto agradamos a Dios cuando vencemos nuestros deseos!

7. Reza incluso cuando no tengas ganas

Desafortunadamente, muchas personas obedecen más sus sentimientos que la fe y la razón. Los santos rezaban a menudo, incluso cuando no tenían ganas de hacerlo.Jesús experimentó una profunda desolación y tristeza en el Huerto de los Olivos, pero rezó con más fervor que nunca.

8. Lee un capítulo de la Biblia todas las noches

La disciplina mental/espiritual de la lectura puede llegar a ser un verdadero sacrificio para muchos. Pero, puedes empezar con los Evangelios y leer algún capítulo cada noche. Esto te ayudará a conocer, amar y desear más a Jesús en tu vida. Es imposible amar a alguien que no conocemos bien. Una de las mejores formas de saber más sobre Jesús es leyendo y meditando la Biblia, la Palabra de Dios.

9. Haz tu trabajo diario, siempre mejor

Dios nos asigna a todos un trabajo o una misión para hacer cada día: estudiar, ser ama de casa, en una fábrica, en una oficina, maestra, enfermera o médico… Si somos honestos con nosotros, todos sabemos cómo podemos mejorar en nuestro trabajo.
Qué fácil es llegar tarde, tomar atajos o hacer el trabajo a medias, pero, como dice el refrán, «si vale la pena hacer algo, entonces vale la pena hacerlo bien». Y, San Pablo nos recuerda: «Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31).

10. Coge el último lugar y el trozo más pequeño

El orgullo, la vanidad y la gula, nos hacen escoger siempre el mejor lugar y la mejor porción. ¿Por qué no adquirir el hábito de buscar el último lugar y el trozo más pequeño? Jesús nos recuerda la verdadera grandeza: «Dios derriba a los soberbios, pero exalta a los humildes».

 

Fuente: religionenlibertad



NUEVE CONSEJOS DE MUNILLA PARA NUEVA EVANGELIZACIÓN

Nueve consejos de Munilla para aplicar la Nueva Evangelización - Blog Parroquia Santa Beatriz - 2023

Nueve consejos de Munilla para aplicar la Nueva Evangelización - Blog Parroquia Santa Beatriz - 2023

Al intentar aplicar la Nueva Evangelización en la pastoral e iniciativas diarias, son varios los riesgos que enfrentan los católicos. Hay quien puede quedarse en reiterar el término de forma vaga sin aplicaciones concretas o centrarse exclusivamente en la adaptación de las nuevas tecnologías y métodos a la transmisión del Evangelio, entre otros.

El obispo Munilla, actualmente al frente de la diócesis de Orihuela-Alicante, ha dedicado buena parte de su ministerio sacerdotal y episcopal a aplicar y estudiar esta forma de transmitir el Evangelio. En su última ponencia, La misericordia en la Nueva Evangelización, ha explicado en qué consiste realmente, cómo aplicarla desde la autocrítica logrando que no se quede «en mero postureo» y cómo enfrentar algunos de los riesgos rodean su puesta en práctica.

Lo hizo a través de nueve consejos desgranando punto por punto los tres «aspectos clave» en la Nueva Evangelización, acoger, proponer y acompañar:

1º La Nueva Evangelización, mucho más que Twitter

Uno de los primeros aspectos que destacó es que al hablar de Nueva Evangelización se tiende a ir directamente «a temas prácticos, cursos y métodos, presencia en redes, viralizar mensajes…«. Algo que siempre es «importante», pero que debe ir siempre ligado a un «nuevo ardor» centrado en «saciar la sed de Cristo».

«Siempre pensamos que la clave está en los métodos, y es verdad que San Juan Pablo II [al enunciarla] dijo que sea `nueva en sus métodos y expresiones´, pero antes dijo `con un renovado ardor´. Cualquier planteamiento que no nazca de aquí, de un corazón enamorado, será falso y artificial, un postureo, buscarnos a nosotros mismos y tener seguidores. La Nueva Evangelización debe nacer de un corazón enamorado y tener en el corazón de Cristo su modelo», explicó.

Acoger

Partiendo de la base de que no vivimos tanto una época de cambio como un cambio de época, Munilla explica que uno de los rasgos más destacados de la misma es la «pérdida del sentido de trascendencia» en unas nuevas generaciones que «parten de cero» en la fe, sin tener «conocimiento alguno» al margen del surgido de la manipulación mediática.

Por eso, el obispo expresa que el primer aspecto de la Nueva Evangelización debe ser la «acogida con los brazos abiertos». Ese primer anuncio, «muchas veces será acoger con cariño a esa persona, hacerla ver que nos importa y que le queremos para que llegue a poder tener una experiencia de Dios. Preguntarle por su vida, por su abuela enferma, emplear tiempo en sus cosas… La Nueva Evangelización comienza al encontrarnos con la persona que sale al camino de nuestra vida y que se dé cuenta que en ella hemos descubierto a alguien en quien Dios está presente».

2º La acogida debe ser efectiva

Durante la conferencia, Munilla recordó a una pareja de fieles que, siendo católicos, iban cada domingo a un culto protestante. El motivo, decían, era que después de ir a la Iglesia y ser ignorados, asistieron a un culto evangélico donde fueron acogidos de inmediato.

En su opinión, «nos hemos acostumbrado a que la gente va a misa, se sienta y se va», pero en el contexto actual es algo que «no puede continuar». «Cuando uno llega tiene que ser acogido, alguien tendrá que hacer una pastoral de acogida y que se sientan como en casa. Lo que este mundo debe descubrir no es solo que Dios existe, sino que existimos para Dios, que le importamos. Y para hacerle entender eso a la persona, tiene que ser también importante para nosotros», subraya.

3º ¡Y ponérselo fácil a los que llegan!

Otro de los aspectos «clave» de Munilla relativos a la acogida es que esta no puede ser «maximalista». Haciendo «un poco de autocrítica», menciona multitud de normas que no son el mejor primer impacto para los nuevos fieles o cristianos, como cuando se acercan al despacho parroquia y se les dice que solo se atiende de 19:00 a 20:00 o que se bautiza solo en domingo.

«Ahora que vemos que bajan tanto los matrimonios y bautismos caemos en que no hay que poner muchas normas a la gente». En el primer contacto con alguien alejado, explica, «lo que tiene que recibir de nosotros no es llegar a un sitio donde todo está organizado con un montón de normas, sino en el que le han querido«, agrega.

4º Ayudar en lo material contribuye a la sanación espiritual

Citando la sanación de Jesús del paralítico, Munilla destaca que «la gran necesidad que tiene el hombre del perdón de sus pecados» puede a veces no ser percibida por quienes acuden a la Iglesia. Lo que perciben, dice, «son unas necesidades más perentorias», por eso «cuando salimos en socorro de esas necesidades de alguien y se siente acogido y amado, descubre que la verdadera misericordia es el perdón, que la sed que tiene es de gracia».

5º No poner malas caras: mortificando el ánimo «se llega» mejor

Siguiendo con la «autocrítica», el obispo destaca la importancia de mortificar el estado de ánimo en ese primer encuentro. Lo que no puede ocurrir, afirma, es que «nuestro estado de ánimo tape la misericordia de Dios», como cuando el párroco o catequista tienen un mal día y regañan o miran mal a quienes les pide ayuda. Mortificar nuestros estados de ánimo no solo es «la mortificación más agradable que podemos ofrecerle a Dios», sino que también supone «una disciplina interior y una negación de nosotros mismos» con la que se llega mejor, «totalmente necesaria» en la Nueva Evangelización.

Proponer

6º Asumir una máxima: los creyentes no poseen la verdad, sino que la sirven

En el contexto de la Nueva Evangelización, la sociedad «secularizada y relativista» acusa a los creyentes de soberbia cuando estos proyectan «que se creen en posesión de la verdad». Para Munilla es importante negar esta acusación pero no solo con palabras, sino con obras, «dando la vuelta a esta deformación»: «No es cierto que seamos sus poseedores, en todo casos es Jesús, la Verdad, quien nos quiere poseer y erigirnos como siervos e instrumentos suyos. Dios es la única verdad y nosotros somos sus humildes siervos».

Se trata de mostrar una actitud humilde, la de «un siervo con un mensaje del que no es dueño, sino que lo presenta humildemente: la verdad de Dios transmitida y custodiada sin contaminarla con nuestras ideologías o sin amoldarla a nuestra sensibilidad». Esto último, dice, se debe «rechazar contundentemente».

Acompañar

7º Una carrera que termina con la muerte

Lograda la acogida y la propuesta con éxito, la carrera no ha terminado. Esta, dice Munilla, solo termina con la muerte, y el acompañamiento, «estar, ver si la semilla de fe crece o si tiene piedras alrededor que lo impiden» es fundamental cuando otros acogen la verdad.

8º Para acompañar debo ser acompañado

También destaca la importancia de que los apóstoles de la Nueva Evangelización asuman que si quieren acompañar, deben pensar primero en cómo están siendo acompañados ellos mismos, si lo están siendo y si se rodean de referencias que les hacen crecer, que les dan buen consejo, que les dan palabras de discernimiento o si «tiran para arriba» de ellos.

9º Paciencia y ardor, claves del acompañamiento

Uno de los últimos aspectos resaltados por Munilla es la necesidad de integrar «la infinita paciencia de Dios con uno mismo, con los demás y con quienes se acompaña cuando no se sabe si van para adelante o para atrás» con un «corazón ardiente». A veces, advierte, la paciencia suele ser la excusa para caer en la indiferencia con quienes acompañamos, como cuando se dice que «si Dios es misericordioso, no pasa nada».

En este sentido, el obispo calificó como «una de las deformaciones de nuestro tiempo» al «invocar la misericordia para quitar dramatismo al pecado», y concluyó: «Tenemos que ser pacientes pero ardientes y no hacer pactos con la mediocridad o la tibieza. Cristiano es aquel que nunca pierde la esperanza de la santidad».

Fuente: religionenlibertad