TRABAJAR BUSCANDO SÓLO A DIOS

Ayer me encontraba en la habitación de un buen sacerdote y allí mi mirada se fijó en estas palabras: ¡Sólo Dios! Mi mirada en aquel momento estaba llena de cansancio y de dolor y mi mente recordaba tantos días llenos de quehaceres, como el de ayer y, sobre el torbellino de tantas angustias y sobre el sonido confuso de tantos suspiros, me parecía escuchar la voz afable y buena de mi ángel: Sólo Dios, alma desconsolada, ¡Sólo Dios! Encima de una ventana había una planta de claveles, más adelante un pasillo y algunos curas meditando píamente y más adelante un crucifijo, un querido y venerado crucifijo que me recordaba años hermosos e inolvidables. Mi mirada llena de lágrimas fue a parar allí, a los pies del Señor. Y me parecía que el alma se realzaba, y que una voz de paz y de sosiego bajaba de aquel corazón atravesado, y me invitaba a elevarme, a confiar en Dios mis dolores ya orar. ¡Qué silencio dulce y lleno de paz…! Y en el silencio ¡Sólo Dios! Iba repitiendo para mí ¡Sólo Dios! 

¡Sólo Dios, hijos míos, sólo Dios!

DON ORIONE, (De «L’Opera della Divina Providenza», del 3 de septiembre de 1899)  





CARDENAL OSORO EN LA PALOMA

 

Aunque las restricciones sanitarias por la pandemia del COVID-19 han obligado a suspender la verbena y la tradicional procesión, la ciudad de Madrid ha no ha querido dejar de honrar a la popular Virgen de la Paloma este sábado, 15 de agosto, en la fiesta de la Asunción. En una Misa solemne, celebrada con todas las cautelas y aforo limitado en la parroquia de San Pedro el Real y Virgen de la Paloma –donde se custodia el cuadro encontrado por Isabel Tintero–, el arzobispo de Madrid ha incidido en que «a pesar de esta pandemia que nos está azotando» al mundo entero, es «una fiesta de esperanza y de alegría». Deteniéndose en la imagen de la Soledad, el cardenal Carlos Osoro ha subrayado que «con María, Dios quiso tener una mirada de amor a los hombres». Tal y como ha recordado, el Señor le pidió «que prestase la vida» para darle «rostro» y Ella «lo hizo por amor a esta humanidad». «Era una propuesta de Dios, que es la misma propuesta que nos está haciendo a ti y a mí», ha aseverado, invitando a entregarse a los demás, especialmente ahora que todos «estamos esperando la vacuna» contra el coronavirus.

Tomado de:





MISAS Y ACTIVIDADES DESDE 21 DE JUNIO

El aforo de los templos en Madrid al 

75 % tras el Estado de alarma

MISAS

Lunes a Sábado: 9 y 20 h.

Domingo: 10, 12, 13 y 20 h.

Medidas higiénicas y organizativas ya en marcha

Como se ha estado haciendo desde que se retomó el culto con pueblo, de acuerdo con las pautas fijadas por la CEE, en los templos se controlan los accesos para evitar aglomeraciones, es obligatorio el uso de mascarilla, las pilas de agua bendita continúan vacías y se ofrece gel desinfectante. 

Nota de la CEE:  Ante el inicio de la salida del confinamiento.




MISAS Y ACTIVIDADES EN FASE 2

Lunes a Sábado: 9 y 20 h.

Domingo: 10, 12, 13 y 20 h.

  Fase 2: Restablecimiento de los servicios ordinarios y grupales
 de la acción pastoral con los criterios organizativos y sanitarios-
mitad del aforo, higiene, distancia.    Más información



MISAS A PARTIR DEL 18 DE MAYO

Lunes a Sábado: 9 y 20 h.

Domingo: 10, 12, 13 y 20 h.

Se podrá retomar las Misas con público
 con un tercio del aforo 
a partir del lunes 18 DE MAYO

Atendiendo a las pautas fijadas por la Conferencia Episcopal Española, se mantiene la dispensa del precepto dominical y se sugiere a personas de riesgo, mayores y enfermos que se queden en casa y sigan las celebraciones por los medios de comunicación o nuestro canal de internet pero, a partir del próximo lunes, 18 de MAYO , se permite «la asistencia grupal, pero no masiva, sin superar el 50% del aforo», y se pide cuidar especialmente el «acompañamiento de las familias en su duelo».

 
 



SIGNO DE CIVILIZACION

Primer signo de civilización.
Una estudiante preguntó a la antropóloga Margaret Mead 
cuál era el primer signo de civilización en una cultura. 
Creyó que diría que fueron las herramientas o el lenguaje. 
Pero Mead opinó que el primer signo de civilización 
hallado por arqueólogos
 fue un fémur humano roto y curado. 
Mead explicó que cualquier animal salvaje muere si se rompe una pierna. 
No puede huir del peligro, ir al río a beber agua ni buscar comida. 
Se convierte en presa de depredadores. 
Ningún animal sobrevive suficiente tiempo 
para que un hueso quebrado sane. 
Una pierna rota curada significa que 
otra persona trató la herida, alimentó y cuidó
al accidentado hasta que se recuperó. 
Mead señaló que 
«ayudar a otro a superar una dificultad es el inicio de la civilización».