CERCA DE TI SEÑOR




NO ESTÁS SOLO

ACOMPAÑAR EN TIEMPOS DE CUARENTENA

667548854

En estos días de cuarentena, es nuestro deber permanecer en casa, pero la creatividad  en la Pastoral de la Salud sigue activa para acompañar a quienes están sufriendo la soledad en estos momentos.  Queremos desde la Delegación difundir dos iniciativas que nos han llegado por si os resultan interesantes para vosotros o los voluntarios de Pastoral de la Salud de vuestros ámbitos pastorales:

1. El Centro de humanización de la salud de los Camilos, que coordinan el proyecto “Soledad y final de vida”, invitan a los voluntarios de pastoral de la salud que han hecho la formación básica a poder acompañar a personas con enfermedad avanzada que están en sus domicilios, a través del teléfono.

2. Los Jesuitas han lanzado la propuesta “No estás solo” para acompañar telefónicamente a personas mayores y solas en casa. Tenéis información en la web que han creado:  Hay también un teléfono disponible para que las personas mayores puedan solicitar la ayuda: 667548854.




SUSPENSION DE LAS CELEBRACIONES PUBLICAS

El arzobispo determina la suspensión de las celebraciones públicas

Estos días os he acompañado a todos, sacerdotes, religiosos y religiosas y fieles laicos, desde la oración, poniendo a todos los que vivimos en esta archidiócesis de Madrid en manos del Señor, con la intercesión de la Santísima Virgen María, Santa María la Real de la Almudena.
Quiero comenzar esta nota con un profundo agradecimiento a todos los que están mostrando esa entrega incondicional por quienes padecen coronavirus y por sus familias. Vaya mi agradecimiento a las autoridades, tanto nacionales como autonómicas y municipales, que estáis realizando una animación extraordinaria por vivir este momento haciendo de la solidaridad la fuerza más clara e importante para atajar esta grave situación. Para nosotros los cristianos la solidaridad tiene un nombre: caridad.
Gracias al personal sanitario y civil que hacéis posible que nuestros hospitales estén funcionando y que en nuestra vida diaria podamos seguir teniendo lo necesario. Vuestro trabajo es impagable.
Gracias a todos los sacerdotes y capellanes que, de formas diferentes, estáis manifestando ese deseo de entregar el Amor en su radicalidad máxima. Gracias también a los religiosos y religiosas que estáis regalando lo mejor de vosotros para que nadie quede desatendido, ya sea en sus propias casas o a través de otros medios. He tenido constancia de primera mano de numerosos ejemplos de entrega y ofrecimientos vuestros para ayudar en lo que haga falta, con la vista puesta en los más débiles.
Gracias a los laicos que estáis dando la vida por Amor, que para nosotros tiene un nombre: Jesucristo. Habéis tomado la decisión de depender solo de quien ama y regalar el amor del Señor en concreto a personas de todas las edades.
San Juan Pablo II nos decía que el mayor desafió que teníamos en el nuevo milenio que hace 20 años comenzamos era «hacer de la Iglesia casa y escuela de comunión». Dejadme deciros que vosotros lo estáis haciendo sin quejas, en silencio, con contradicciones y, sobre todo, sin miedos.
Durante estos días he publicado una nota y una carta pastoral, que siguen teniendo validez, pero que ahora amplio dadas las circunstancias. Hemos estado esperando al momento en el que el Gobierno de España ha anunciado la declaración del Estado de alarma para hacer frente a la situación en la que vivimos. Por ello, después de haberme reunido con el Consejo Episcopal (obispos auxiliares, vicario general y vicarios episcopales) deseo deciros lo siguiente que es de obligado cumplimiento en la archidiócesis de Madrid:
1. Como expuse anteriormente, todos los fieles quedan dispensados del precepto dominical mientras dure la grave crisis del coronavirus. Os invito a todos a que, reunidos en familia si podéis, sigáis la celebración de la Misa por radio, televisión o internet. He querido poner la celebración diaria de la Misa desde el altar de la Almudena de la catedral, a las 19:00 horas, para facilitarlo al final del día. Podéis seguirla en el canal de YouTube de la diócesis.
2. A causa de la situación totalmente excepcional que estamos viviendo desde hoy, víspera del III Domingo de Cuaresma, quedan suspendidas todas las celebraciones públicas de la Eucaristía con la participación de los fieles, también la dominical. Los sacerdotes saben que han de celebrar diariamente la Misa ofrecida por todos los enfermos y por quienes los atienden.
3. Las exequias se celebrarán de una manera simplificada y siempre en diálogo con las familias, proponiéndoles hacer el funeral cuando la situación se normalice.
4. En todos los demás sacramentos vivamos con la prudencia pastoral, siempre en contacto con los fieles, y propongamos cuando sea posible celebrarlos más adelante.
5. Siguiendo la tradición de la Iglesia es bueno tener abiertas los templos en la medida de lo posible para que todos los fieles puedan orar y para que se atienda a las personas que sufren. Solicito la disponibilidad de los despachos parroquiales para atender telefónicamente todas las demandas que puedan existir.
6. Recordamos a todos los cristianos que este es un tiempo oportuno para intensificar la oración, pidiendo al Señor, con la intercesión de Santa María la Real de la Almudena, que dé consuelo al que sufre y termine con esta epidemia.
7. En diálogo con los presidentes de las congregaciones, cofradías y hermandades he determinado suspender todas las procesiones de Semana Santa en la archidiócesis de Madrid.
Pido al Señor por vosotros.
Con gran afecto os bendice,
+ Carlos, Cardenal Osoro
Arzobispo de Madrid



MISA EN MEDIOS DE COMUNICACION




INFORMACION IMPORTANTE




Dios es nuestra esperanza

El coronavirus en Madrid:  protejamos la salud de todos.

Queridos hermanos sacerdotes, religiosos y religiosas, fieles laicos y todos cuantos vivís aquí en Madrid:

Estamos viviendo un momento difícil en la Comunidad Autónoma de Madrid. Muchos han sido contagiados por coronavirus y todos estamos preocupados por la situación. Los cristianos tenemos una manera de leer la vida y la historia, que, ante esta visita inopinada de un virus, nos está pidiendo ayudarnos a descubrir nuestra fragilidad y sacar lo mejor de nosotros mismos. Por eso, os invito una vez más a adentrarnos en la confianza absoluta en Dios, fuente de salvación y de esperanza.

Este domingo, III de Cuaresma, vamos a proclamar el Evangelio de la samaritana. En él se nos presenta a Jesús cansado del camino y sentado junto a un pozo en territorio samaritano. Pide de beber a una mujer que reacciona preguntándole: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?», porque entre judíos y samaritanos había una tremenda barrera religiosa. Nosotros, gracias a Dios, sabemos que todos somos hijos de Dios y hermanos. Ayudémonos unos a otros y no tengamos reparos en cuidarnos, permaneciendo especialmente pendientes de quienes más lo necesitan. Es bueno que, en estos momentos, obremos según nos dicen las autoridades sanitarias nacionales y autonómicas para atajar y vencer esta pandemia. Y que agradezcamos el esfuerzo y la entrega del personal sanitario, que piensa más en los demás que en ellos mismos.

También os invito a la oración y el diálogo con el Señor para descubrir nuestra verdad como hizo la samaritana. Dejemos que Jesús toque nuestro corazón en esta situación. Tengamos esperanza y pidamos con todas nuestras fuerzas lo que aquella mujer pidió: «dame de esa agua», es decir, dame paz, dame ese sosiego que necesito… Pidamos al Señor que cure a los enfermos y que termine con esta situación. Podemos hacerlo, por intercesión de la Virgen, con una oración que el Papa Francisco ha compuesto para estos momentos: «Oh, María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la Cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros de que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba […]».

En este contexto, en espera de que las autoridades sanitarias puedan fijar nuevas pautas, nuestros templos permanecerán abiertos para que podamos entrar a orar y vivir en el silencio un diálogo abierto con el Señor. Conscientes de que el contacto es el primer facilitador del virus, se anima a la gente a quedarse en casa el mayor tiempo posible y tenemos que extremar las precauciones. Por ello, os formulo las siguientes indicaciones:

1. Prevenir el contagio es una responsabilidad ciudadana y cristiana de primer orden en estos momentos. Cada persona y su comportamiento es el más importante factor de protección. Reitero las recomendaciones que os hice en la nota que emitimos el martes pasado, 10 de marzo, y la conveniencia de atender lo que determinen las autoridades sanitarias en cada momento.

2. Tenemos el deber de limitar al máximo la actividad grupal en todos los ámbitos de la Iglesia diocesana. La prudencia y la creatividad nos indicarán, en cada caso, cómo no dejar de atender servicios básicos. A modo de ejemplo, la Delegación de Catequesis está preparando catequesis no presenciales.

3. Todos los fieles cristianos de la diócesis de Madrid están dispensados de la asistencia a la celebración dominical. Podemos seguir la santa Misa por radio o televisión, así como por internet. El Arzobispado de Madrid está retransmitiendo por su canal de YouTube () la celebración de la Eucaristía diariamente, a las 19:00 horas desde la catedral de Santa María la Real de la Almudena. La comunión espiritual es una práctica tradicional de la Iglesia que hemos de recuperar en estas dolorosas circunstancias, y puede ser ocasión de santificación y de comunión eclesial.

4. Aunque sea con un número muy limitado de fieles, incluso sin ellos, procuren los sacerdotes celebrar diariamente la Eucaristía, ofreciéndola especialmente por las personas fallecidas y enfermas, y poniendo como intención la superación de esta pandemia. En cualquier caso, la limitación de no ocupar más de un tercio del aforo de las parroquias, iglesias y oratorios es de obligado cumplimiento.

5. En el rezo de la Liturgia de las Horas y en todas las Eucaristías se debe pedir para que el Señor ilumine y dé fuerza al personal sanitario, vele por los enfermos y a todos nos haga responder con responsabilidad y solidaridad a este nuevo desafío, ocasión de conversión.

6. Las medidas más concretas en cada caso, incluida la suspensión de la Eucaristía pública, podrán ser prudencialmente adoptadas por los vicarios episcopales en comunicación continua con el arzobispo y sus obispos auxiliares; a expensas también de nuevas indicaciones de las autoridades sanitarias.

7. Para las Confesiones se debe buscar un espacio amplio en los despachos y locales de la Iglesia.

8. Insisto en que en esta situación adversa no podemos olvidar el deber de atención espiritual y material a los enfermos, a los ancianos, a los pobres, a los niños y a las personas vulnerables, que en nuestra tradición ha constituido siempre la máxima preocupación para la Iglesia.

Vivamos esta Cuaresma en clave de cuarentena: es una oportunidad inesperada para la oración y la quietud, para encomendarnos a Dios, que es fuente de salvación y de esperanza. Pedimos la intercesión de Santa María la Real de la Almudena para vivir este momento, como nos dice el Papa Francisco, «con la fuerza de la fe, la certeza de la esperanza y el fervor de la caridad».

Con gran afecto, os bendice,

+Carlos Cardenal Osoro, arzobispo de Madrid