DOMUND 2011 – Como el Padre me ha enviado, así os envío yo.

10/24/2011

Es importante saber que hay 14.000 misioneros y misioneras españoles en 115 países, y que cada año parten cerca de 150 nuevos misioneros hasta los territorios de misión. También es importante saber que, en cada Jornada del DOMUND, celebrada todos los años a finales de octubre, se recaudan grandes sumas de dinero que, al año siguiente, se envían a las misiones en su totalidad -una vez descontados los gastos de gestión y animación misionera, que nunca superan el 10%-. De hecho, durante este curso, se han enviado cerca de 92 millones de euros; 16 de ellos, gracias a la generosidad de los españoles el año pasado, el día del DOMUND.
Es importante saber, para todas aquellas personas que rascaron su bolsillo el día del DOMUND -y que tendrán la oportunidad de volver a hacerlo el domingo en todas las parroquias de España-, que países como Camerún, Tanzania, Madagascar, Angola, Sri Lanka, Guinea Ecuatorial, Zambia, Costa de Marfil y Trinidad y Tobago han podido mejorar sus infraestructuras en las misiones con nuevas construcciones, vehículos, emergencias y formación; y que eso ha mejorado sus vidas.
Es importante saber que Benedicto XVI ha recordado, para esta Jornada Mundial de las Misiones, que el anuncio del Evangelio es de todos y para todos. Con el lema Como el Padre me ha enviado, así os envío yo, tomado del evangelio de Juan, alienta a «detenerse a reflexionar si respondemos a la vocación misionera y cómo lo hacemos», no sólo en países lejanos, sino que recuerda que «sociedades tradicionalmente cristianas son, hoy, refractarias a abrirse a la fe».
Pero también es importante saber que una gran parte de la ayuda económica que Obras Misionales Pontificias envía a la misión -casi 26 millones de los 92 que se recaudaron el año pasado- es para ayudar directamente a los misioneros y misioneras. Las cifras y los porcentajes son importantes, pero no muestran los innumerables gestos de amor que ellos realizan cada día, que pasa por ponerse los últimos de los últimos, incluso viviendo pobrísimamente. Obras Misionales Pontificias se encarga de cuidar de ellos reparando sus casas o conventos, construyendo sus hogares…, porque son, sin duda, el mejor proyecto de ayuda.

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