FECUNDIDAD

11/27/2017

En nuestra escala de valores prima la salud, la juventud, el bienestar, la belleza física, la buena forma corporal, la productividad, la fuerza. Por el contrario, nos frustra la debilidad, la enfermedad, toda circunstancia adversa y todo contratiempo.
Las Sagradas Escrituras, en cambio, nos muestran cómo Dios actúa en los que son débiles, pequeños, pobres, frágiles, desechados, segundones o extranjeros. El salmista canta: «A la estéril le da siete hijos, mientras que la madre de muchos queda baldía».
¡Tantas veces debemos reconocer que lo que nos sucede no es fruto de nuestro esfuerzo, sino que nos sorprendemos por los hechos providentes que acontecen a pesar de nuestra pobreza y debilidad!
San Pablo llega a decir: «Lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres» (1Co 1, 25). ¿Dónde pones tus ojos?

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