También en el interior de cada persona
descubrimos esa lucha entre luz y oscuridad, entre mal y bien.
Hoy en el evangelio descubríamos a Nicodemo
acudiendo de noche a Jesús
buscando un poco de luz, la verdad, la fe.
Hoy como Nicodemo, acudimos a ti
para que prendas en nosotros la mecha de la fe,
queremos que tu luz inunde tantas zonas oscuras que hay en el
corazón y que necesitan conversión y perdón.
También te damos gracias por tantas personas
que siembran en nosotros un poco de tu luz,
guías y acompañantes que nos cuidan
y nos llevan por el buen camino.
Jesús enciende en nosotros tu luz,
la luz de la fe, la luz de la verdad y de la esperanza,
la luz del amor.