PALABRA DE VIDA – NOVIEMBRE 2022

10/29/2022

«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarÔn misericordia» (Mt 5, 7).
En el Evangelio de Mateo, el discurso de la montaƱa va tras el inicio de la vida pĆŗblica de Je-sĆŗs. La montaƱa se considera el sĆ­mbolo de un nuevo monte SinaĆ­, en el que Cristo ofrece su Ā«leyĀ» como nuevo MoisĆ©s. El capĆ­tulo anterior habla de grandes masas que comenzaron a seguir a JesĆŗs y a las cuales Ɖl dirigĆ­a sus enseƱanzas. En cambio, este discurso lo dirige JesĆŗs a sus discĆ­pulos, a la comunidad naciente, a los que mĆ”s tarde serĆ­an llamados cristianos. Je-sĆŗs presenta el Ā«reino de los cielosĀ», nĆŗcleo central de su predicación (cf. Mt 4, 23; 5, 19-20); y, dentro de este, las bienaventuranzas representan su manifiesto programĆ”tico, el mensaje de la salvación, una Ā«sĆ­ntesis de toda la Buena Nueva, que es la revelación del amor salvĆ­fico de DiosĀ» .
«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarÔn misericordia».
ĀæQuĆ© es la misericordia? ĀæQuiĆ©nes son los misericordiosos? La frase comienza por la palabra Ā«bienaventurado/sĀ» , que significa feliz, afortunado, y adquiere tambiĆ©n el sentido de ser bendecido por Dios. En el texto, entre las nueve bienaventuranzas, esta se encuentra en el lugar central. Las bienaventuranzas no pretenden representar comportamientos que son ob-jeto de premio, sino autĆ©nticas oportunidades para ser un poco mĆ”s parecidos a Dios. En particular, los misericordiosos son aquellos que tienen el corazón lleno de amor a Ɖl y a los hermanos, un amor concreto que se inclina hacia los Ćŗltimos, los olvidados, los pobres, hacia quienes necesitan este amor desinteresado; de hecho Misericordia es uno de los atributos de Dios ; JesĆŗs mismo es misericordia.
«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarÔn misericordia».
Las bienaventuranzas transforman y revolucionan los principios mÔs comunes de nuestro modo de pensar. No son simples palabras de consuelo, sino que tienen el poder de cambiar el corazón, tienen la capacidad de crear una nueva humanidad, hacen eficaz el anuncio de la Palabra. Es necesario vivir la bienaventuranza de la misericordia también con nosotros mis-mos, reconocernos necesitados de ese amor extraordinario, sobreabundante e inmenso que Dios tiene por cada uno de nosotros.
La palabra misericordia, rahamim en hebreo, deriva del hebreo rehem, vientre materno, y evoca una misericordia divina sin lĆ­mites, como la compasión de una madre por su niƱo. Es Ā«un amor que no mide, abundante, universal, concreto. Un amor que tiende a suscitar la re-ciprocidad, que es el fin Ćŗltimo de la misericordia. […] AsĆ­ pues, si hemos sido vĆ­ctimas de alguna ofensa o de alguna injusticia, perdonemos y se nos perdonarĆ”. Ā”Seamos los primeros en tener piedad, compasión! Aunque parezca difĆ­cil y audaz, preguntĆ©monos ante cada próji-mo: Āæcómo se comportarĆ­a su madre con Ć©l? Es un modo de pensar que nos ayuda a entender y a vivir segĆŗn lo que Dios quiereĀ».
«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarÔn misericordia».
«A los dos años de matrimonio, nuestra hija y su marido decidieron separarse. La acogimos de nuevo en nuestra casa, y en los momentos de tensión procurÔbamos quererla con pa-ciencia, comprensión y perdón en el corazón, mantener una relación de apertura para con ella y su marido, y sobre todo esforzÔndonos en no juzgar. Al cabo de tres meses de escu-cha, ayuda discreta y mucha oración, se volvieron a juntar con consciencia, confianza y espe-ranza renovadas» .
Y es que ser misericordiosos es mÔs que perdonar. Es tener un corazón grande, tener prisa por borrarlo todo, por quemar completamente todo lo que pueda obstaculizar nuestra rela-ción con los demÔs. La invitación de Jesús a ser misericordiosos consiste en ofrecer un ca-mino para acercarnos de nuevo al designio originario, de modo que podamos transformarnos en aquello para lo que hemos sido creados: para ser a imagen y semejanza de Dios.                                                                                                                                                                       LETIZIA MAGRI

SuscrĆ­bete al boletĆ­n de la parroquia

* Este campo es obligatorio.