PAPA FRANCISCO DIALOGA CON JOVENES FLAMENCOS

10/31/2014

Forman parte de un grupo de jóvenes que nació durante la Jornada mundial de la juventud de Río de Janeiro, porque en Río quisieron dar a conocer también a otros jóvenes flamencos lo que habían hecho allí. Son un grupo de doce —los otros están allí fuera— que han venido con… pero a los otros quiero saludarlos después, sí.
Entonces podemos organizarlo… Y ellos hacen verdaderamente este trabajo de entrar, de penetrar en los media como jóvenes, partiendo de su inspiración cristiana. Y también en este sentido quieren hacerle algunas preguntas. Ella, en cambio, no es creyente —ellos son, pues, cuatro de aquel grupo—, ella no es creyente, pero también nos parecía importante, porque somos una sociedad muy laica en Flandes, y sabemos que tenemos un mensaje para todos. Por tanto, ella estaba muy contenta…
¡Ah! Me da mucho gusto. Todos somos hermanos.
Verdaderamente, sí. La primera pregunta es: gracias por haber aceptado nuestra petición, pero: ¿por qué la aceptó?
Cuando siento que un joven o una joven tiene inquietud, siento que es mi deber servir a estos jóvenes, prestar un servicio a esta inquietud, porque esta inquietud es como una semilla, y después irá adelante y dará frutos. Y yo en este momento siento que con vosotros estoy prestando un servicio a lo que es más valioso, en este momento, que es vuestra inquietud.
Un muchacho. Cada uno, en este mundo, trata de ser feliz. Pero nos hemos preguntado: ¿usted es feliz? ¿Y por qué?
Absolutamente, soy absolutamente feliz. Y soy feliz porque…, no sé por qué… Quizá porque tengo un trabajo, no soy un desempleado, tengo un trabajo, un trabajo de pastor. Soy feliz porque he encontrado mi camino en la vida, y recorrer este camino me hace feliz. Y también es una felicidad tranquila, porque a esta edad no es la misma felicidad de un joven, hay una diferencia. Cierta paz interior, una paz grande, una felicidad que también viene con la edad. Es también un camino que ha tenido siempre problemas; también ahora hay problemas, pero esta felicidad no desaparece con los problemas, no. Ve los problemas, los sufre y después sigue adelante; hace algo para resolverlos, y después sigue adelante. Pero en lo profundo del corazón reinan esta paz y esta felicidad. Verdaderamente, para mí es una gracia de Dios. Es una gran gracia. No es mérito mío.

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