TRES SECRETOS PARA LA ARMONIA CONYUGAL

Enrique Rojas nació en Granada en 1949, es uno de los psiquiatras españoles más reconocidos y ha vendido más de tres millones de ejemplares de sus 20 libros publicados. Catedrático de Psiquiatría y Psicología Médica en el centro universitario Villanueva de Madrid, Rojas charla con Álex Navajas, en Creo TV, sobre las claves para ser feliz, para que una pareja no se rompa y de temas como el peligro de la pornografía.
«Hace pocos días estuve en la Feria del Libro de México y me tocó dar una conferencia, donde hablé de tres metáforas con la imagen de un velero que da bandazos: cómo gobernar la embarcación, cómo mantenerse a flote y cómo llegar a puerto. Que quiere decir: cómo tener una personalidad equilibrada, cómo tener un proyecto de vida y, por último, tener una voluntad bien educada», comienza diciendo el Premio ReL 2022.
Claves de la felicidad
Para explicar, precisamente, cómo vivir la vida de un modo equilibrado, Enrique Rojas acaba de presentar un libro titulado Todo lo que tienes saber sobre la vida donde se recogen una serie de conferencias sobre distintos temas. «Son catorce lecciones sobre personalidad, amor, desamor, felicidad, educación de los hijos, pornografía… esta epidemia tan importante de la que hoy se habla poco», advierte el psiquiatra.
Sobre la felicidad absoluta, Rojas confiesa que no cree que exista. «Nosotros tenemos que aspirar a una felicidad razonable, que es sacarle a la vida el mayor jugo posible. Por otra parte, hay dos modalidades de felicidad; una es la puntual, donde uno vive momentos interesantes, donde para el reloj y los saborea; y en el otro extremo está la felicidad estructural, que es la suma y el compendio de mi vida. En esta segunda hacemos balance de la vida», explica.

«La felicidad no depende de la realidad, sino de la óptica que uno tiene. Teresa de Calcuta, dos años antes de morir, estuvo aquí, con la reina Sofia, y le preguntaron si era feliz, y ella dijo que cómo no iba a ser feliz, si lo tenía todo. Tomás Moro cuando subía al cadalso decía: ‘Yo soy como los que nada tienen y todo lo poseen’», relata.
Convertido ya en una eminencia mundial de la psiquiatría, Rojas recuerda sus inicios en la profesión. «La primera paciente que tuve… tenía yo como 28 o 29 años, en un despacho de la calle Goya de Madrid… era una chica que me había oido hablar por la radio y tuve una relación muy buena con ella. Tenía un paciente, uno solo… Recuerdo, también, la primera vez que fui a la Feria del Libro de Madrid, yo estaba eufórico… solo firmé un libro y fue al encargado de la caseta», comenta.
Remedios de pareja
«Mi padre era psiquiatra, y cuando yo era pequeño mis compañeros me decían que era el médico de los locos. En aquel tiempo el psiquiatra era un médico raro. Hoy, en la sociedad actual, el psiquiatra es casi el médico de cabecera. En Estados Unidos le llaman el doctor de la familia. La sociedad ha cambiado más en 20 años que en un siglo, y el mundo se ha ‘psicologizado’», explica Rojas.
En este sentido, el psiquiatra hace un diagnóstico certero de los males de esta sociedad. «Está bombardeada con muchos estímulos desde fuera, el bombardeo informativo, por ejemplo, es terrible. ¿Quién se para a pensar? Nosotros los psiquiatras tenemos cuatro grandes áreas de trabajo hoy en día: las depresiones, la ansiedad, los trastornos de la personalidad y, por último, las crisis conyugales. Cuando yo estudiaba, no recuerdo que nadie hablara de crisis de pareja. Yo escribí un libro sobre el tema y se ha vendido medio millón», cuenta.
«El amor es una palabra polisémica y en el envoltorio de esa palabra hay mucha magia. Para compartir la vida con alguien hay que estar primero bien con uno mismo, nosotros les enseñamos pautas de conducta concretas para mejorar sus relaciones. El que no tiene dificultades de pareja… o está soltero o está viudo. Yo daría tres pistas: evitar discusiones innecesarias, no sacar la lista de agravios del pasado, y darle a las cosas que suceden en pareja la importancia que realmente tienen, no convertir un problema en un drama», comenta.
En este punto, el psiquiatra apela al equilibrio. «¿Cómo evitar convertir un problema en un drama? Valorar las cosas con moderación, saber que el 90% de las cosas negativas que nos preocupan al final no ocurren, tener una visión larga de la jugada, y relativizar. Decía Churchill: ‘En la guerra, determinación; en la derrota, resistencia; y en la victoria, magnanimidad’», explica Rojas.
La más completa
Para el psiquiatra otra pieza importante del equilibrio es la cultura. «Yo intento fomentar que la gente lea, se instruya. Hoy es complicado, porque primero hay que apagar dos cosas: el móvil y las redes sociales. La cultura es libertad, es convertir cualquier cosa que uno hace en una pirueta inteligente, es curiosidad por aprender, encontrar respuestas a los grandes temas», comenta.
«Hace poco me quedé con una frase del Talmud: ‘El hombre fuerte es el que gobierna sus pasiones, el hombre rico es que el que está contento con lo que tiene, el sabio es el que aprende de todos con amor, y el honrado es el que trata a todos con dignidad’. La cultura te hace libre, evita la masificación. Hoy estamos moviéndonos con mensajes que no tienen ninguna fuerza… ahí entra el tener las ideas claras. El que no las tenga, está perdido», relata.
Aquí puedes ver la charla completa en Creo TV con el psiquiatra Enrique Rojas.
Rojas concluye hablando de su fe. «El cristianismo es la religión más completa. De las tres religiones importante, yo me quedo con el cristianismo. Tiene las mejores respuestas a la existencia, porque no es una religión del libro, sino una religión de una persona. Nunca nadie en la vida ha sido como Jesús de Nazaret. A Benedicto XVI le preguntaron cuál era la clave de la felicidad y dijo: ‘Conocer y amar a Dios’. No se puede amar lo que no se conoce», comenta.

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UNA RELIGION VERDADERA Y CIENCIA

Los días 13 y 14 de enero se celebró en Grapevine (Texas) el encuentro WONDER [Asombro], que organiza el Instituto Word on Fire que impulsa el obispo de Winona-Rochester, Robert Barron. Participaron aproximadamente mil personas. Se trata de un congreso sobre ciencia y fe en el que participó la astrofísica Karin Öberg

Karin Öberg, durante una charla TED de hace dos años sobre algunos de los misterios que esconde el Universo.

Los días 13 y 14 de enero se celebró en Grapevine (Texas) el encuentro WONDER [Asombro], que organiza el Instituto Word on Fire que impulsa el obispo de Winona-Rochester, Robert Barron. Participaron aproximadamente mil personas.
Se trata de un congreso sobre ciencia y fe en el que participó la astrofísica Karin Öberg, profesora de astronomía y directora de los estudios de grado en la Universidad de Harvard, quien en su intervención afirmó que las maravillas del Universo no deberían hacernos pensar solo «en esas maravillas en sí mismas o en las verdades que revelan», sino también «en la fuente de todas las verdades y Creador último de todas las cosas».

La fe facilita la ciencia

Según recoge Catholic News Agency, Öberg afirmó que su trabajo como científica le permite darse cuenta de que vivimos en un universo «que ha tenido un principio, un punto intermedio y un final». Dijo también que la creencia en Dios no solo no es un impedimento para la investigación científica, sino una ayuda porque proporciona «un fundamento seguro»: «Debemos confiar plenamente en que una filosofía verdadera y una religión verdadera facilitan el conocimiento científico», añadió.
Karin, de origen sueco, es una conversa desde el ateísmo y actualmente forma parte de la Sociedad de Científicos Católicos, que recientemente ha llegado a España. Tiene 35 años y creció en una familia luterana, hasta que se hizo católica en 2012, profundizando en los estudios que realizaba sobre la fisicoquímica de la formación de los planetas y las estrellas.
En su intervención, recordó que numerosos científicos se han guiado en sus investigaciones por la fe, como el sacerdote Georges Lemaître, que propuso la teoría del Big Bang, la más comúnmente aceptada para explicar el origen físico del Universo: «No puedo dejar de preguntarme», dijo, «si la razón de que fuese él, en vez de algunos de los otros brillantes científicos que le rodeaban, quien tuviese esa idea, no tiene algo que ver con su catolicismo. Porque él ya sabía, por la fe, que el Universo había tenido un comienzo. Y creo que esa es la razón por la cual a muchos ateos les preocupaba la formulación de la teoría del Big Bang».

Los límites del método científico

La astrofísica sueca recordó asimismo que el método científico tiene sus límites: «Hay muchas cuestiones sobre el universo que podemos plantearnos pero no son científicos, como qué es lo que hace que el arte sea bello». Está muy difundida la idea, dijo, de que «solo puedes saber si algo es verdadero si lo demuestras científicamente», pero en realidad hay muchas formas de llegar a la verdad «y la ciencia solo es una de ellas». Ahí están, citó como ejemplo, las cuestiones metafísicas o morales.

Así convocó el obispo Barron la conferencia Wonder, y al hacerlo ofrece un dato: el 60% de los creyentes creen que hay un conflicto entre ciencia y fe. Una «trágica confusión», especialmente entre los jóvenes, que este evento pretende contribuir a disipar.
«Se supone que el método científico es hiper-racional», abundó Öberg, «pero si lo preguntas a un científico cómo tuvo una idea o una hipótesis concreta, con frecuencia te responden que fue ‘una inspiración’».

La inteligibilidad del Universo

Sin embargo, es la propia racionalidad del universo la que sugiere la existencia de un Creador: «La ciencia reposa sobre la existencia de un orden y una inteligibilidad en el universo, cuya existencia no puede demostrar la ciencia, es algo que la ciencia simplemente asume que existe».
La inteligibilidad del Universo, concluyó, es «una muestra la increíble generosidad del Creador», que en cierto modo comparte así su poder, algo que «habría sido imposible de imaginar en el mundo pre-científico».

Fuente: Religión en Libertad