JORNADA DE ORACIÓN POR LA PAZ DEL DÍA 27

 

Tierra, Mundo, Mar, Naturu, Nature

NUESTRA COMUNIDAD PARROQUIAL OS INVITA A PARTICIPAR EN LA ORACIÓN ORGANIZADA  A LAS 19,30 HORAS EN NUESTRA PARROQUIA.

El arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, ha convocado este miércoles «a todas las comunidades, parroquias y fieles de la diócesis a que se unan el día 27» de octubre a la «jornada de oración por la paz» convocada por el Papa Francisco. La iniciativa responde a «lo que está sucediendo en Palestina e Israel, al igual que ante lo que acontece en Ucrania y en tantos lugares de nuestra casa común».

Al final de la audiencia general del pasado miércoles, el Santo Padre anunció que había convocado para el viernes de la semana próxima «una jornada de ayuno, oración y penitencia». En Roma, el momento central será una vigilia a las 10:00 horas, «una hora de oración para pedir la paz en el mundo» vivida «en espíritu de penitencia». Tanto a la vigilia como a unirse a la jornada están invitados también «los hermanos y hermanas de las diferentes confesiones cristianas, quienes pertenecen a otras religiones y aquellos con la causa de la paz en el corazón».

El Pontífice pedía que «todas las Iglesias particulares se unan organizando iniciativas similares que impliquen al pueblo de Dios». En respuesta, el comunicado del cardenal Cobo explica que «nos uniremos a la oración en Roma desde nuestras casas o en las Eucaristías de ese día, o convocando oraciones especiales en nuestras comunidades. Desde la oración común, tomamos partido por la paz y pediremos que se silencien las armas y se escuche el grito de los inocentes que mueren y sufren».

Sus palabras coinciden con las del Papa, que exhortaba «a todos los creyentes a mirar este conflicto desde solo un bando: el de la paz». En su saludo en italiano después de la catequesis, el Santo Padre lamentó que «las víctimas aumentan y la situación en Gaza es desesperada». «Por favor, haced todo lo posible para evitar una catástrofe humanitaria», pidió.

Por el momento, la Comunidad de Sant’Egidio en la capital celebrará a las 20:00 horas, simultáneamente con la del Vaticano, una vigilia de oración en la iglesia de Nuestra Señora de las Maravillas (Dos de Mayo, 11).

«Cada guerra es una derrota» 

No es la primera vez que el arzobispo de Madrid se pronuncia sobre el conflicto que estalló el 7 de octubre después del ataque de Hamás a Israel. El 9 de octubre, publicó un mensaje en X (antes Twitter) en el que afirmaba que «ante la terrible situación en que se encuentran los pueblos de Israel y Palestina, nos unimos al Papa para pedir el fin de la guerra y del terrorismo. Como nos dice él, cada guerra es una derrota. Oremos por la paz y por quienes sufren las consecuencias de este conflicto».

Apenas un día después, volvió a colgar un mensaje similar: «El clamor de las víctimas en Tierra Santa cuya voz llega hasta Dios nos exige en nombre de Dios y de todas las religiones gritar para que cese el derramamiento de sangre. Que el daño y la guerra se hagan reconciliación. Paz – Salam – Shalom».

La invitación del Papa se produjo solo un día después de la jornada de oración y ayuno por la paz convocada por el patriarca latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, el pasado martes, 17 de octubre. Toda la Iglesia española se sumó a su llamamiento a través de un comunicado de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso.

Fuente: alfayomega



DISCERNIR LAS DECISIONES

Parroquia Santa Beatriz - Leganes Madrid - Discernir las decisiones

Parroquia Santa Beatriz - Leganes Madrid

¿Qué significa discernir?

El discernimiento es un acto importante que concierne a todos, porque las elecciones son una parte esencial de la vida. Discernir las decisiones. Uno elige la comida, la ropa, un curso de estudio, un trabajo, una relación. En todos ellos se realiza un proyecto de vida, y también se concreta nuestra relación con Dios. En el Evangelio, Jesús habla del discernimiento con imágenes tomadas de la vida ordinaria; por ejemplo, describe al pescador que selecciona los peces buenos y descarta los malos; o al mercader que sabe identificar, entre muchas perlas, la de mayor valor. O el que, arando un campo, encuentra algo que resulta ser un tesoro (cf. Mt 13,44-48).

A la luz de estos ejemplos, el discernimiento se presenta como un ejercicio de inteligencia, y también de habilidad y también de voluntad, para aprovechar el momento favorable: son condiciones para hacer una buena elección. Es necesario inteligencia, habilidad y también voluntad para hacer una buena elección. Y también hay un coste necesario para que el discernimiento sea operativo. Para desempeñar su oficio lo mejor posible, el pescador tiene en cuenta la fatiga, las largas noches en el mar y el descarte de una parte de las capturas, aceptando una pérdida de ganancias por el bien de los destinatarios. El comerciante de perlas no duda en gastar todo para comprar esa perla; y lo mismo hace el hombre que ha tropezado con un tesoro.

Situaciones inesperadas e imprevistas en las que es imprescindible reconocer la importancia y la urgencia de una decisión que hay que tomar. Cada uno debe tomar sus decisiones; no hay nadie que las tome por nosotros. En un momento determinado los adultos, libres, pueden pedir consejo, pensar, pero la decisión es propia; no se puede decir: “He perdido esto, porque lo ha decidido mi marido, mi mujer, mi hermano”: ¡no! Tienes que decidir tú, todo el mundo tiene que decidir, y por eso es importante saber discernir: para decidir bien, hay que saber discernir.

El Evangelio sugiere otro aspecto importante del discernimiento: implica los afectos.

El que ha encontrado el tesoro no siente ninguna dificultad en venderlo todo, tan grande es su alegría (cf. Mt 13,44). El término utilizado por el evangelista Mateo indica una alegría muy especial, que ninguna realidad humana puede dar; y de hecho vuelve a aparecer en muy pocos otros pasajes del Evangelio, todos ellos referidos al encuentro con Dios. Es la alegría de los Magos cuando, tras un largo y penoso viaje, vuelven a ver la estrella (cf. Mt 2,10); es la alegría de las mujeres que regresan del sepulcro vacío tras escuchar el anuncio de la resurrección por parte del ángel (cf. Mt 28,8). Es la alegría de los que han encontrado al Señor. Tomar una bella decisión, una decisión correcta, siempre te lleva a esa alegría final; quizás en el camino tengas que sufrir un poco de incertidumbre, pensar, buscar, pero al final la decisión correcta te beneficia con la alegría.

En el Juicio Final, Dios obrará el discernimiento —el gran discernimiento—hacia nosotros. Las imágenes del agricultor, el pescador y el mercader son ejemplos de lo que ocurre en el Reino de los Cielos, un Reino que se manifiesta en las acciones ordinarias de la vida, que nos exigen tomar posición. Por eso es tan importante saber discernir: las grandes elecciones pueden surgir de circunstancias que a primera vista parecen secundarias, pero que resultan ser decisivas.

Por ejemplo, pensemos en el primer encuentro de Andrés y Juan con Jesús, un encuentro que nace de una simple pregunta: «Rabí, ¿Dónde vives?» — «Venid y veréis» (cf. Jn 1,38-39), dice Jesús. Un intercambio muy breve, pero es el comienzo de un cambio que, paso a paso, marcará toda una vida. Años después, el evangelista seguirá recordando aquel encuentro que le cambió para siempre, también recordará la hora: «Eran como las cuatro de la tarde» (v. 39). Es la hora en que el tiempo y lo eterno se encontraron en su vida. Y en una decisión buena, correcta, se encuentra la voluntad de Dios con nuestra voluntad; se encuentra el camino presente con el eterno. Tomar una decisión correcta, después de un camino de discernimiento, es hacer este encuentro: el tiempo con lo eterno.
Por lo tanto: el conocimiento, la experiencia, el afecto, la voluntad: son algunos elementos indispensables del discernimiento. A lo largo de estas catequesis veremos otras, igualmente importantes.

El discernimiento implica un esfuerzo.

Según la Biblia, no encontramos ante nosotros, ya empaquetada, la vida que hemos de vivir: ¡No! Tenemos que decidirlo todo el tiempo, según las realidades que se presenten. Dios nos invita a evaluar y elegir: nos ha creado libres y quiere que ejerzamos nuestra libertad. Por lo tanto, discernir es arduo.
A menudo hemos tenido esta experiencia: elegir algo que nos parecía bueno y en cambio no lo era. O saber cuál era nuestro verdadero bien y no elegirlo. El hombre, a diferencia de los animales, puede equivocarse, puede no querer elegir correctamente. La Biblia lo demuestra desde sus primeras páginas. Dios da al hombre una instrucción precisa: si quieres vivir, si quieres disfrutar de la vida, recuerda que eres una criatura, que no eres el criterio del bien y del mal, y que las elecciones que hagas tendrán una consecuencia, para ti, para los demás y para el mundo (cf. Gn 2,16-17); puedes hacer de la tierra un magnífico jardín o puedes convertirla en un desierto de muerte. Una enseñanza fundamental: no es casualidad que sea el primer diálogo entre Dios y el hombre. El diálogo es: el Señor da la misión, tú debes hacer esto y esto; y el hombre a cada paso que da debe discernir qué decisión tomar. El discernimiento es esa reflexión de la mente, del corazón que debemos hacer antes de tomar una decisión.

El discernimiento es agotador pero indispensable para vivir. Requiere que me conozca a mí mismo, que sepa lo que es bueno para mí aquí y ahora. Sobre todo, requiere una relación filial con Dios. Dios es Padre y no nos deja solos, siempre está dispuesto a aconsejarnos, a animarnos, a acogernos. Pero nunca impone su voluntad. ¿Por qué? Porque quiere ser amado y no temido. Y Dios también quiere que seamos hijos y no esclavos: hijos libres. Y el amor sólo puede vivirse en libertad. Para aprender a vivir hay que aprender a amar, y para ello es necesario discernir: ¿Qué puedo hacer ahora, ante esta alternativa? Que sea un signo de más amor, de más madurez en el amor.

¡Pidamos, que el Espíritu Santo nos guíe! Invoquémosle cada día, especialmente cuando tengamos que tomar decisiones. Gracias.

Papa Francisco. Audiencia General, Aula Pablo VI, Miércoles, 31 agosto 2022.