GRACIAS JOSÉ ANTONIO

Parroquia Santa Beatriz - Leganes Madrid Boletin parroquia octubre 2022

Parroquia Santa Beatriz - Leganes Madrid Boletin parroquia octubre 2022

Hay un refrán castellano que dice “de bien nacidos es ser agradecidos” y yo tengo que dar las gracias a José Antonio, nuestro párroco, un hombre que junto a Bernardo ha dirigido nuestra parroquia durante más de una década. Gracias a él, la iglesia volvió a entrar en mi vida, Jesús no dejo de estarlo siempre. La labor realizada por José Antonio hizo que me involucrara en la parroquia, y hasta fue capaz de convencerme para que mensualmente escribiera un artículo.

Ahora se aleja presencialmente de nosotros, pero no su corazón. Los amigos nunca se despiden para siempre sino “hasta luego”. Es ley de vida, las personas pasan por nuestras vidas, hay unas que lo hacen si n dejar huella y otras que las llevamos en nuestro interior.

Jesús dejó su presencialidad corporal, pero nos entregó su espíritu; haciendo un símil con José Antonio nos deja en el día a día, pero su presencia en nuestros corazones seguirá intacta y por supuesto, yo al menos así lo haré, lo visitaré en su nuevo destino. Una nueva parroquia que tendrá la suerte de tener a un sacerdote involucrado en los temas cotidianos y de calado de sus feligreses.

José Antonio, gracias por todo lo bueno que nos has dado, has sido un ejemplo.

Que Jesús y la Virgen te guíen en tu vida.

Antonio Vaquerizo



AVE MARÍA, VUELTA A LA SANTIDAD CON MARÍA

AVE MARÍA VUELTA A LA SANTIDAD CON MARÍA - Blog Parroquia Sta. Beatriz - 2023

AVE MARÍA VUELTA A LA SANTIDAD CON MARÍA - Blog Parroquia Sta. Beatriz - 2023

Septiembre es el mes de los reinicios. La vida laboral, las actividades de las parroquias, los colegios de los niños…Hasta algunos políticos vuelven a hacer algo (No todos).

El paréntesis estival deja paso a la vuelta a madrugar y la rutina para los que tienen ocasión de tener trabajo.

Nos debemos preguntar que hemos conseguido durante el verano. Descansar quizás no todos pudieran por su situación familiar y/o económica, pero debemos de ver si cada vez tenemos más paz. No la paz que da el mundo si no la que concede Dios por medio del Espíritu Santo.

¿Somos capaces de trascender a las preocupaciones de cada día y dejarlas que se conviertan en ocupaciones?

No es un juego de palabras, es hacer crecer en nosotros la confianza de que todo lo que nos pasa o viene de Dios o está permitido por Dios para ayudarnos a crecer. No es fácil esta labor, es abandonarse (no dejadez, si no confianza y oración), para pedir a Dios ayuda en cada circunstancia que se nos plantea en la vida. Dios sabe de nuestra impotencia, pero quiere que pongamos todo de nuestra parte y dejarle a Él hacer la mayor parte del trabajo. Que se lo pidamos con fe. Y así, misteriosamente, una paz nueva inundará nuestro ser y nos debería llevar a ser mas personas de oración, de silencio y de trabajo confiado.

Para ello un consejo es que en septiembre nos acerquemos más a la Palabra de Dios, que le pongamos nuestros dolores, penas y dificultades delante con humildad y Le preguntemos que debemos hacer nosotros para que venga Su Reino por nuestro quehacer en las cosas de nuestra vida. Nuestra Señora fue la que mas estuvo a la escucha de Su Hijo y al guardar todas esas Palabras en Su Inmaculado Corazón pudo colaborar de forma tan admirable en la misión salvífica de Su Hijo.

Eso y solo eso nos hará ecos de Dios en nuestro ambiente y nos llevará definitivamente a la santidad. Septiembre mes para la santidad. Volvamos a La Palabra de Dios, con María.

Manuel Garcia



¿PIDES A DIOS Y «NO TE HACE CASO»?

¿PIDES A DIOS Y «NO TE HACE CASO»? -Blog Parroquia Sta. Beatriz - 2023

¿PIDES A DIOS Y «NO TE HACE CASO»? -Blog Parroquia Sta. Beatriz - 2023

«Pedid y se os dará», dice la Biblia. Sin embargo, ¿cuándo será eso? ¿ahora? ¿cuando nos convenga? ¿quizá nunca? Todos los hombres luchamos con ese gran misterio de la voluntad de Dios. A veces en nuestras propias carnes y otras al ver a nuestro prójimo sufrir.

Una persona está perdiendo a su hija a causa del cáncer, otra luchando por encontrar trabajo y otra tiene un marido alcohólico. Algunos dicen: «He estado orando y Dios no responde». Lo interesante es que Él no suele explicar por qué debemos sufrir, por qué tarda en contestar o por qué simplemente dice que no.

Pensemos, por ejemplo, en cómo Dios respondió a Job. Quería respuestas a su sufriendo. Dios le habló desde la tormenta, reprendiéndolo con preguntas duras. Al final no le dio ninguna respuesta real y, sin embargo, lo acabó restaurando.

Es en medio de los misteriosos caminos de Dios donde debemos recordar que, si somos fieles, Dios nos restaurará algún día. Aunque, es cierto, cuando hay pruebas, la promesa de una restauración futura puede parecer algo teórico. Por eso, muchas veces lo mejor que podemos hacer es seguir confiando y no sucumbir a la desesperanza.

Las Escrituras dan algunas respuestas sobre por qué Dios a veces tarda en contestar y por qué otras veces dice directamente que no. Si bien es posible que estas explicaciones no siempre nos satisfagan, sí brindan una enseñanza que puede ayudarnos a no permitir que nuestra tristeza nos aleje de la fe.

Veamos algunas de estas explicaciones.

1- Dios podría no estar de acuerdo

Muchas veces pensamos que sabemos bien qué es lo mejor para nosotros. Queremos tener este trabajo o queremos que tal persona se enamore de nosotros. Queremos ser curados de cierta enfermedad o tener un buen coche. Lo vemos como algo bueno para nosotros y estamos seguros de que Dios debería verlo también de esa manera.

Pero, es posible que Dios no esté de acuerdo con nuestros análisis. Por ejemplo, podríamos querer que Dios respondiese afirmativamente a nuestra oración de que ningún hijo naciese discapacitado. Sin embargo, Dios podría entender que esa experiencia de la discapacidad es justo lo que nosotros o el niño necesitamos para nuestra salvación.

San Pablo pidió ser liberado de la aflicción en este pasaje: «Tres veces le rogué al Señor que me dejara, pero él me dijo: ‘Te basta mi gracia, porque el poder se perfecciona en la debilidad’».

La cuestión es que realmente no sabemos muchas veces qué es lo mejor para nosotros o para la otra persona. Podemos pensar que lo sabemos, pero no es así. El ‘no’ de Dios a Pablo en realidad ayudó a salvarlo. Le ayudó a comprender mejor el poder de la cruz en su vida y a darse cuenta de que debía aprender a depender de Dios.

2. Dios es amor… pero no un ‘blando’

Muchos confunden el amor con la bondad o incluso con la blandura. La bondad es un atributo común del amor, pero no es lo mismo. Todos los padres saben que a veces deben corregir a sus hijos y que lo deben hacer con amor. Los padres que siempre son «amables» y nunca castigan a sus hijos, en realidad los miman; el no corregirlos no demuestra amor verdadero.

A veces los padres limitan la libertad de los hijos para que hagan lo correcto. Llevarán al médico al niño, aunque no quiera ir, o insistirán en que terminen sus tareas antes de jugar. Los padres pueden dar un «no» rotundo a cosas que saben que son perjudiciales. El amor a veces dice que «no», incluso infligiendo sufrimiento cuando es necesario.

Dios es también un padre. Dios nos disciplina para nuestro bien, para que podamos llegar a compartir su santidad. La disciplina no parece agradable en ese momento, sin embargo, más tarde produce paz.

3- Nuestra petición viola la libertad de otro

Suele ser muy común rezar por la conversión de otras personas. O para que tomen alguna decisión que nos conviene más. Dios es omnipotente y podría conseguirlo, pero esto violaría la libertad de decisión de esa persona. Si la libertad depende del capricho de Dios, entonces en realidad no es libertad.

Dios puede exhortarnos a través de la Iglesia y de la Palabra. Puede enviarnos gracias especiales, pero al final cada uno de nosotros es libre. Dios nunca obligará a alguien a elegir algo que otra persona quiere o pide en oración. La Biblia siempre reafirma nuestra libertad: «Delante de ti tienes fuego y agua; escoge lo que quieras. Delante de cada uno están la vida y la muerte, y cada uno recibirá lo que elija» (Eclesiástico 15:16-17).

4. Nuestra petición infringe daño a terceros

A veces podemos pensar que somos lo más importante en la agenda de Dios. Quizás queramos un día soleado para nuestro picnic, pero los agricultores necesitan desesperadamente la lluvia. ¿De quién es la necesidad más importante? Parecería que la de los agricultores, pero incluso esto es asunto solo de Dios.

El profeta Jonás fue a predicar a los ninivitas, pero no quería que se convirtieran. Prefería que rechazaran el arrepentimiento y fueran destruidos en cuarenta días. Jonás tenía buenas razones: los ninivitas estaban acumulando un ejército que era una gran amenaza para Israel. Sin embargo, los ninivitas se arrepintieron.

Dios reprendió entonces a Job con estas palabras:
«¿Cómo no voy a tener lástima de Nínive, la gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben distinguir el bien y el mal?» (Jonás 4:9).

Si bien es cierto que no solemos pedir daños para otros, a veces puede darse el caso de que lo que pedimos afecte negativamente a terceros.

5- Nuestra fe no es lo suficientemente fuerte

Jesús dijo: «Todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis» (Mateo 21:22). Y el Libro de Santiago dice: «Pero que la pida con fe, sin vacilar; porque el que vacila es semejante al oleaje del mar, movido por el viento y llevado de una a otra parte. Que no piense recibir cosa alguna del Señor un hombre como éste» (Santiago 1:6-7). Está también el caso de Nazaret, donde el Señor no pudo hacer milagros, tanto que su falta de fe lo entristecía.

6. Pedimos cosas inapropiadas o por motivos equivocados

El Libro de Santiago dice: «Si piden algo y no lo consiguen es porque piden mal; y no lo consiguen porque lo derrocharían para divertirse».

7. Una barrera entre Dios y nosotros

A veces el pecado del que no nos arrepentimos levanta una barrera entre nosotros y Dios, de modo que nuestra oración queda bloqueada.
«Mirad, no es demasiado corta la mano de Yahveh para salvar, ni es duro su oído para oír, sino que vuestras faltas os separaron a vosotros de vuestro Dios, y vuestros pecados le hicieron esconder su rostro de vosotros para no oír» (Isaías 59:1-2).

Al final de todo tenemos que aceptar el misterio de la oración y entender que no todo se puede explicar. Solo vemos un trozo del panorama completo que Dios puede ver. Por eso, la humildad debe ser nuestra disposición constante.

Fuente: religionenlibertad



LA FAMILIA, ÚLTIMA TRINCHERA ANTE LAS IDEOLOGÍAS: 7 PASOS PARA HACER DE TU CASA UN «HOGAR CATOLICO»

La familia, última trinchera ante las ideologías: 7 pasos para hacer de tu casa un «hogar católico» - Blog Parroquia Santa Beatriz - 2023

La familia, última trinchera ante las ideologías: 7 pasos para hacer de tu casa un «hogar católico» - Blog Parroquia Santa Beatriz - 2023

El felpudo de una casa puede decir mucho de lo que los visitantes van a encontrar. Los hay viejos y corroídos, otros tienen mensajes que «invitan a entrar» como «si pasas, que sea con cerveza», están los que parecen incluso una obra de arte o hay casas que ni los tienen. Para Chiti Hoyos pueden ser incluso una alegoría evangélica. Especialmente si se entiende desde la incipiente Teología del Hogar, disciplina nacida en Estados Unidos que encuentra en Carrie Gress y Noelle Mering dos de sus principales exponentes.

Con la reciente publicación de Dios bendiga esta casa. Pequeño compendio de Teología del Hogar (Nueva Eva) Hoyos es una de las responsables del aterrizaje de la Teología del Hogar en España. Si se ve de forma superficial el Theology of Home de sus colegas americanas, podría parecer reducirse a una revista de decoración de interiores. Lo cierto es que esta disciplina busca la belleza del hogar, pero no desde un punto de vista meramente estético, sino trascendental.

La teóloga Lina María Gaviria Forero la definió así en 2022: «Es la comprensión del hogar desde la fe cristiana, a la luz de la cual el creyente profundiza en su significado en el plan de Dios y reconoce el hogar como lugar de santificación para la familia«.

Aunque de forma amable, la Teología del Hogar es una encarnizada trinchera en defensa de la fe frente a los atropellos de la posmodernidad. Cada vez son más los que contemplan cómo se adoctrina a los hijos sin posibilidad de réplica, cómo se descompone la familia o cómo nuevas ideologías penetran sutil o agresivamente hasta vaciarla de significado: el hogar, la familia, son «el último bastión», se dice. Pero ¿hay posibilidad de defenderse y hacerlo construyendo?

Desde las primeras páginas de Dios bendiga a esta casa, Hoyos expone como la misma historia de la Iglesia comenzó en un hogar, cuando a la Sagrada Familia se le negó el refugió y José y María hubieron de refugiarse en un pesebre que transformaron en la cuna de Dios, un hogar católico y acogedor.

Pero hoy, como para la Sagrada Familia, sigue sin ser sencillo encontrarlo o edificarlo. «¿Qué es lo que hace que un hogar sea católico?» es la primera pregunta que se hace la autora, licenciada en Derecho por la UNED, máster en Ciencias de Matrimonio y Familia por el Pontificio Instituto Juan Pablo II, esposa y madre de ocho hijos. En redes sociales se la conoce como La samaritana (@Damihibibere). Como respuesta, ofrece siete formas de lograr, o al menos identificar, el «hogar católico»:

1º ¿Encontraría Dios su delicia en nuestra casa… o desorden y suciedad?

Hoyos parte de la base de que la fe «se muestra en la forma de cuidar de la casa y la familia» y de que el modo en que se aborda este cuidado depende mucho de si se contempla o no con los ojos de la fe.

«Mirando como Dios mira nuestro hogar podemos descubrir que Él se regocija en medio de sus creaturas. Un verdadero hogar católico es un hogar donde Dios se pasea, donde encuentra su delicia. Una casa llena de desorden o sociedad no muestra el gozo del paraíso. Se trata de aplicar la norma de San Benito, el ora et labora, y al terminar las tareas de la casa, gozar del trabajo bien hecho y de la compañía del Señor, que tan generoso ha sido a la hora de proporcionarnos un hogar donde se le da gloria», explica.

2º Toda la familia rezando el rosario, anhelo del hogar católico

Medallas, detentes, rosarios, agua bendita, crucifijos en los cuartos, cuadros… Todo eso que en el cine se representa muchas veces como estrambótico es para Hoyos la materialización del primer mandamiento en el propio hogar… y «ayuda» en la vivencia de la fe.

«Como somos frágiles, un católico necesita llenar sus casas de signos que recuerden su fe, pero no como mera decoración, sino para elevar el alma a Dios, avivar el espíritu y encender el corazón», explica. Hasta el punto de que recomienda, si es posible, tener un altar o un pequeño oratorio en casa, «con imágenes u objetos que muevan a la devoción» y la oración. Esta, añade, «es tan necesaria para un católico como la respiración» y es un rasgo especialmente distintivo del hogar católico que se rece en familia. «Las familias católicas guardan en su corazón el anhelo de ver a toda la familia junta rezando el rosario a diario, no todas lo consiguen, pero todas lo desean».

3º La liturgia doméstica, centro del hogar católico

Si la Santa Misa es el centro de la vida cristiana, la liturgia también debe serlo «del auténtico hogar católico». En él, dice la Teología del Hogar, se puede identificar cuando es Adviento, Cuaresma, Semana Santa o Pascua con sencillas costumbres como la corona, películas de la pasión o flores a la Virgen en sus fiestas. Se trata, dice Hoyos, de «caminar al ritmo de la Iglesia» desde el hogar, con una suerte de «liturgia doméstica» conformada por pequeñas rutinas como bendecir la mesa, rezar antes de acostarse o acariciar la imagen del Sagrado Corazón al entrar o salir de casa. Y como no hay liturgia sin ofrendas, agrega, estas son «las pequeñas tareas domésticas que hacemos pensando en el Señor: hacer las camas, limpiar el polvo o fregar el suelo son como las oraciones que se recitan en las letanías, gestos que apuntan al cielo».

4º Bendecir el hogar, mucho más que «agua bendita en el sofá»

Convencida no solo de que «Dios forma parte de la familia», sino de que «es tu familia», Hoyos invita a «darle una llave para que pueda entrar cuando quiera», y la mejor es la bendición del hogar. Hacerlo, dice, «es protegerlos del mal en virtud de la pasión de Cristo».

Pero bendecirlo con agua bendita «no es suficiente». «El demonio nunca se rinde. No puede soportar haber sido expulsado, así que espera pacientemente el momento óptimo para regresar. Por eso digo que no basta con que el sacerdote diga la bendición. Lo que verdaderamente nos protege es la gracia de Dios. Hace falta vivir el hogar de forma virtuosa, llevar en él una vida sacramental y de oración, perdonar y ser perdonados, que Cristo reine en el hogar, que la Virgen ejerza su maternidad espiritual sobre la familia y que San José nos custodie como hijos suyos. Hay que invitar a los tres a habitar bajo nuestro techo».

5º Que todo el que entre se sienta «como en casa»

Desde la Teología del Hogar, se contempla al hogar como «un refugio donde descansar y reponer fuerzas después de un día duro lleno de tentaciones, pruebas, caídas y sufrimientos«. Por eso, dice Hoyos, «nuestra casa ha de dar acogida a las personas que habiten en ella y resultar acogedora para los que nos vistan», haciendo «todo lo posible para que se sientan cómodas». En definitiva, «que a todo el que venga, el entorno le de la suficiente confianza como para abrir el corazón, elevar el espíritu y descansar el alma«.

6º Hogar católico, ergo «hermoso y bello»

En este Compendio de Teología del Hogar, la autora afirma que las familias católicas, vivan donde vivan, deben «aportar belleza» allí donde se encuentren. Y aquí entra en juego ese aparente manual de decoración que es Theology of Home: «No hace falta gastar mucho dinero.

Unos jarrones, macetas de geranios en la ventana, unas velas y un edredón o una colcha sobre el sofá contribuyen a llenar de belleza una casa de forma muy simple y natural. Una habitación cambia completamente al volverla a pintar de otro color».

7º Llevar palomitas o dejarse invitar: que el hogar hable de ti y sea único

Partiendo de la base de que «cada persona es única e irrepetible», Hoyos afirma que la fe católica en el hogar supone todo lo contrario a un hogar impersonal que no hable de los gustos de quien lo habita. Por eso, dice, «no vas a encontrar dos hogares católicos exactamente iguales, pero todos van a ser muy personales». Así, si hay sofisticadas sartenes de amantes de la cocina, lo lógico es aceptar las invitaciones que el anfitrión haga para cenar o si es cinéfilo, llevar palomitas.

Pero precisamente por esa personalidad única del hogar católico, Hoyos destaca la importancia de que si lo que se almacena en casa no expresa nada del anfitrión, es mejor deshacerse de ellos, ya que «crean un desorden innecesario y distraen de las cosas importantes».

Como la gracia, dice, el hogar «cambia y crece con nosotros», por eso «mejor tirar lo que no nos representa y dejar espacio a lo que está por venir».

Fuente: religionenlibertad



LOS NIÑOS CON AUTISMO Y TDAH TAMBIEN VAN A CATEQUESIS

Los niños con autismo y TDAH también van a catequesis - Blog Parroquia Santa Betariz - 2023

Los niños con autismo y TDAH también van a catequesis - Blog Parroquia Santa Betariz - 2023

Sonia Saló, profesora de Religión que también da clase un día a la semana en el centro de Educación Especial Nosa Señora do Rosario de La Coruña desde 2009, comenzó a impartir catequesis a niños con discapacidad porque se cruzó con Juan. Él, con síndrome de Down, sordera y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) fue la motivación para comenzar a elaborar materiales con los que formar en la fe a niños con discapacidad, sobre todo, a aquellos con trastorno del espectro autista (TEA) y TDAH.

Esta situación también provocó que su diócesis, la de Santiago de Compostela, se lanzara en 2017 a abrir un grupo de discapacidad, (Catequesis Disferente), para dar respuesta a las peticiones de parroquias.

Así recuerda Saló aquella primera experiencia en conversación con Alfa y Omega: «Nos reunimos los padres, el sacerdote de la parroquia de los jesuitas y yo. Me daban los temas y yo iba haciendo las adaptaciones». Apenas había materiales. A través de pictogramas, fichas de lectura fácil, audiovisuales y con sesiones bien estructuradas consiguió que Juan entendiese lo que significa ser cristiano, cada frase del padrenuestro —y no solo aprenderlo de memoria—, la Eucaristía, el perdón y la Virgen María. ¿El resultado? El niño hizo la Primera Comunión.

Saló explicará, en un encuentro de responsables diocesanos de Discapacidad organizado por la Conferencia Episcopal Española (CEE), cómo debe ser la catequesis para niños con TEA y TDAH, trastornos que, en no pocas ocasiones, van de la mano.

Además de los materiales adaptados, en los que debe primar la carga visual, la profesora añade que hay que tener en cuenta las características de estos niños. Por ejemplo, al trabajar con uno con TDAH habrá que ser consecuentes con su falta de atención, impulsividad e hiperactividad y, por tanto, la catequesis requerirá rutinas, un ambiente estructurado, refuerzo positivo, preguntas sencillas, instrucciones claras y de una en una, individualización, compañeros tranquilos y un rincón de la calma para momentos de tensión o rabietas, entre otras cuestiones.

También una comunicación fluida con la familia y, en algunos casos, un catequista de apoyo.

A lo largo de estos años, Saló ha ido realizando en su diócesis materiales que ahora están siendo revisados y publicados en la página web de la CEE ——. De hecho, ya se han publicado propuestas para trabajar el Adviento, la Navidad o la Cuaresma, y se acaba de publicar la Pascua. Igual de importante que las guías, explica, es la formación de los catequistas, aunque, añade, «con paciencia y amor se consigue el 80 % de los objetivos».

Este encuentro es un paso más en la trayectoria de la Iglesia en España en la atención a la discapacidad. Si bien se ha venido trabajando desde siempre con colectivos concretos, como las personas sordas, ahora se busca ampliar la base y construir una pastoral que incluya a personas con discapacidades de todo tipo: física, auditiva, visual e intelectual.

Según explica Roberto Ramírez, responsable del área de Discapacidad de la CEE, trabajan en la sensibilización con campañas en torno al 3 de diciembre, Día Internacional de la Discapacidad. También para que todas las diócesis cuenten con una delegación ad hoc: «Es un trabajo más a largo plazo, porque supone un cambio de mentalidad»

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