Agustín de Hipona,
quizá pensando en su sufrido camino, escribía:
«No te contentes con lo que eres
si quieres llegar a lo que aún no eres,
pues donde hallaste complacencia en ti,
allí te quedaste.
Y si has dicho: «Es suficiente»,
también pereciste.
Añade siempre algo,
camina continuamente,
avanza sin parar;
no te pares en el camino,
no retrocedas, no te desvíes.
Quien no avanza, retrocede».