AVE MARÍA
NUESTRA SEÑORA, LA MUJER QUE ACONSEJA A SUS HIJOS
Las personas muchas veces estamos tentados en dar consejos a quienes nos rodean. Es fácil que estemos rápidos en decir a los demás como deberían afrontar un problema o situación complicada. Pero no siempre tenemos en cuenta cual es la Voluntad de Dios ante esa situación. Esa visión sobrenatural de las cosas las afronta con el verdadero ENTENDIMIENTO que comentábamos el mes pasado mediante el don de CONSEJO.
Este don permite a las personas no guiarse por sus propios impulsos o intereses sino descubrir las de Dios en cada recodo del camino. La casualidad no existe. Cuando Dios quiere pasar de forma anónima a nuestro lado toma la forma de coincidencia o casualidad. Pero lejos de serlo Dios es la “causalidad”, la causa de toda circunstancia, menos en el pecado y la maldad. Puede permitir las cosas que humanamente parecen malas, son las que Dios permite para que seamos sus instrumentos en la Tierra para sacar bienes de los males. Esa visión tan delicada y verdaderamente solidaria de la situación es la que es iluminada por el don de CONSEJO. Nos olvidamos de nosotros mismos y buscamos el bien de los hermanos que es donde Dios se esconde. Nuestra Señora fue la consejera de Dios-Niño en toda su infancia y ahora que preparamos su venida en carne pidamos que nos prepare Nuestra Señora el corazón para reconocer en Su Hijo a nuestro Salvador y que nos dejemos guiar por sus consejos que vienen directamente del Espíritu Santo. en la Anunciación Ella no tuvo solo el impulso del consejo cierto de ponerse al servicio de Dios siendo su esclava, sino que asumió el consejo de abandonarse de todo corazón en las manos de Dios en contra de su propia decisión personal y meditada de entregarle a Dios su virginidad. Puso primero en su vida el consejo de seguir a Dios y después sus inclinaciones y decisiones personales tomadas desde la niñez. Gracias a ese consejo la Humanidad ha sido salvada. Pidamos como regalo estas Navidades el don de CONSEJO.
Manuel García