Las familias tienen mucho que dar a la sociedad, generando mucho beneficio al bien común, y eso será más fructífero si las universidades católicas les ayudan. Esta es la filosofía del Family Global Compact, una iniciativa presentada en el Vaticano, en la que las universidades colaboran entre sí para apoyar a las familias y a su aportación social.
El centro de este proyecto consiste en «poner en diálogo la pastoral familiar con los centros de estudios sobre la familia que existen en las universidades católicas de todo el mundo».
Más de 370 universidades católicas consultadas
El Family Global Compact es fruto de un trabajo previo coordinado por el Centro Internacional de Estudios sobre la Familia (CISF), que encuestó a nada menos que 373 universidades católicas de todo el mundo sobre las actividades académicas relacionadas con la familia en su contribución a la economía, la sociedad, el desarrollo de la persona humana y el bien común.
De las respuestas que se recogieron y de una reflexión compartida con una treintena de las universidades que manifestaron mayor interés en el proyecto, nació un documento que identifica algunas áreas temáticas cruciales y para cada una de ellas sugiere líneas de investigación para el mundo académico.
El objetivo consiste en cuatro pasos:
– Que los centros de estudios sobre la familia colaboren y contacten más entre ellos;
– Las comunidades cristianas tengan mayores sinergias con las universidades católicas;
– Surjan políticas públicas que fomenten la familia y la vida en la sociedad civil;
– Las ideas que ayudan a las familias se sostengan a nivel espiritual y pastoral, pero también cultural, jurídico, económico y social.
Mensaje que acompaña al documento
«En la familia se realiza la mayor parte de los sueños de Dios para la comunidad humana. No podemos, por tanto, resignarnos a aceptar su declive en nombre de la incertidumbre, el individualismo y el consumismo, que prevén un futuro de individuos que piensan en sí mismos. No podemos ser indiferentes al futuro de la familia, comunidad de vida y de amor, alianza insustituible e indisoluble entre el hombre y la mujer, lugar de encuentro de las generaciones, esperanza de la sociedad».
«Agradezco, por tanto, a todos los que se han adherido y a los que se adherirán al Family Global Compact», concluyó el papa, «y los invito a dedicarse con creatividad y confianza», exhortó.
Fuente: religionenlibertad