17-19 día del seminario
El Seminario Conciliar de Madrid
El Seminario Conciliar de Madrid depende de las ayudas de personas generosas, para continuar formando sacerdotes. Por esta razón, se puede ayudar con una aportación mensual o anual para los estudios de un seminarista, un hombre que reconoce la llamada de Dios y desea entregar la vida como sacerdote, imagen viva de Jesucristo, al servicio de la Iglesia. Para fortalecer su vocación al sacerdocio, ingresa al seminario y comienza un período de formación, reflexión y oración.
Para este año, los mismos seminaristas han elaborado un vídeo donde muestran cómo es su día a día entre momentos de oración, estudio y tiempo libre. El vídeo ya se puede ver en el canal YouTube del Seminario y en las principales redes sociales del arzobispado de Madrid.
«Padre, envíanos pastores»
En la reflexión teológica, que se incluye entre los materiales del día del Seminario de este año, se explica el significado del lema de esta jornada «Padre, envíanos pastores». En el texto se señala cómo debe ser un buen pastor en la Iglesia. Los verbos «ver y compadecerse, configuran a Jesús como el Buen pastor. Su compasión no es solo un sentimiento humano, sino que es la conmoción del Mesías en la que se hizo carne la ternura de Dios. Y de esta compasión nace el deseo de Jesús de nutrir a la multitud con el pan de su palabra. O sea, enseñar la Palabra de Dios a la gente. Jesús ve; Jesús tiene compasión; Jesús enseña». Así, subrayan en esta reflexión que «la distancia aparentemente insalvable entre los seres humanos, que haría pensar en un rebaño sin pastor para el que la compasión es imposible, fue franqueada definitivamente por Jesucristo, el Buen Pastor, que da la vida por las ovejas. Él, al tiempo que pasa «por los hombres» la vía sufrimiento, pasa al Padre la realidad del sufrimiento de los hombres».
El testigo «debe ser un amigo de Jesús»
Además, enseñan el camino para que estos nuevos pastores, con su testimonio, muestren el Evangelio. La Sagrada Escritura y la historia de la Iglesia, apuntan, están repletas de testimonios de hombres y mujeres que se han dejado guiar por el Señor. «La resurrección de Jesucristo es testimoniada por los Apóstoles», recuerdan. Y, este don, se manifiesta en el amor. Por medio del amor se conoce al testigo. «El seguimiento implica la renuncia de la elección del propio camino, pues la voluntad se pone en manos de la voluntad de Jesús, quien tiene una precedencia real», señalan en este texto de los materiales ofrecidos para el Día del Seminario. Para finalizar, recuerdan en los materiales, que «el testigo, antes que hacer algo, debe ser, ser un amigo de Jesús, para no transmitir conocimientos de segunda mano; ha renacido a la vida en Cristo y, por eso, pertenece a la verdad, oye la Palabra de Dios».