“Entramados de amor”: es el título del trabajo gráfico-multimedia que ganó en la sección primaria de la tercera edición del concurso nacional para los colegios 2022-2023 “Una ciudad no basta. Chiara Lubich ciudadana del mundo”, promovido por el Centro Chiara Lubich en colaboración con el Ministerio de la Educación y el Mérito, la Fundación Museo Histórico de la Provincia de Trento y New Humanity del Movimiento de los Focolares. Este vídeo fue realizado por los niños del 1° A del “Instituto Comprensivo Camerano – Juan Pablo II – Sirolo” de la localidad de Camerano (Ancona-Italia), guiados por su maestra, Cinzia Malizia.
Maestra Cinzia, ¿cómo llegó a enterarse de este concurso?
Como surge del vídeo que hemos realizado, mi grupo es muy activo, por momentos incluso complejo y difícil de gestionar. A pesar de que son niños de 7 años, me han dado bastante trabajo, y al ser de alguna manera hijos del Covid, yo notaba un cierto esfuerzo para entrar a sus sentimientos, a sacar de ellos “algo bueno”, gestos buenos y buenas palabras.
Me pregunté: “¿cómo puedo llegar al corazón de estos niños?”. Empecé a buscar algún proyecto, algún concurso entre los que promueve el Ministerio de la Educación y el Mérito que pudiera servir, sobre todo alguna figura que pudiera ser un ejemplo. Así llegó Chiara Lubich, una figura de la que había oído hablar pero que conocía poco. Empecé a leer su historia y, poco a poco, junto con los niños, construimos un camino con el objetivo de hacerles descubrir a ellos esa curiosidad, esa sorpresa, ese estupor que lamentablemente en la sociedad de hoy parecen haberse perdido.
¿En qué han trabajado particularmente?
Con ellos quise trabajar mucho sobre las emociones, para entender bien qué había dentro de ellos. Encaramos el miedo, trabajamos en el enojo, la alegría y surgieron muchas experiencias. Empezaron a hablar, a expresarse a su manera, y lo que era el punto débil de mi grupo se transformó en un verdadero punto de fuerza. “Del miedo encontramos la valentía” se oye decir en nuestro vídeo y ellos fueron los primeros en entender lo bien que hace al corazón pedir perdón, decir “gracias” o “buenos días”.
Por ello, veo ahora que esa distancia inicial se está acortando. No quiere decir que ahora los niños estén totalmente cambiados, siguen siendo niños que no se quedan quietos nunca, que gritan y que no respetan las reglas, pero empieza a haber gestos que son pequeños pero al mismo tiempo son grandes porque parten de un camino que hemos transitado juntos.
Chiara Lubich en todo ello ha sido una guía, una figura que daba seguridad, como si fuera una “abuela” que, con sus mensajes de amor, de esperanza y con su ejemplo, trabajó realmente para crear un mundo mejor. Incluso simplemente dirigirse al otro con amor, siempre, prescindiendo de la extracción social, la religión, el color de la piel o la cultura los impactó mucho.
Han hecho la experiencia de todo ello en clase, por ejemplo con un compañero musulmán y eso quiere decir cultivar los buenos sentimientos, tener esperanza en una sociedad distinta. Nosotros docentes no podemos rendirnos. Estos niños tienen mucho para dar.
¿Cómo reaccionaron los niños cuando supieron que habían ganado el primer premio?
Estaban muy contentos. Habíamos trabajado durante meses y creo que realmente se lo merecían. Lamentablemente no pudimos encontrar el dinero para poder ir todos a Trento para la premiación. Con algunos nos conectamos, mientras que los niños que estaban presencialmente eran seis, acompañados por sus respectivas familias que con gran alegría se pusieron a disposición con sus coches para viajar.
Ellos también estaban muy felices por este proyecto, trabajamos mucho juntos, tan juntos que a fin de año haremos una actuación justamente sobre las emociones. Los mismos padres están colaborando en la construcción de buena parte de todas las máscaras que usarán los niños; algunas de ellas incluso las llevamos a la premiación. Por ello, nuestro viaje no concluye aquí. La Directora, la Doctora Flavia Maria Teresa Valentina Cannizzaro, al comienzo me decía: “maestra, son tan pequeños, ¿entienden lo que Ud. les dice?” y yo le decía que sí; aunque más no fuera han escuchado, y escuchar cosas buenas no daña a nadie.
Creo que es importante que los niños comprendan también que son capaces, que lo que vale es ser buenos, tener una bondad de ánimo que nos permite cambiar las cosas para mejor. Creo que la experiencia de Chiara Lubich los ha ayudado verdaderamente.
Fuente: focolare.org