Los católicos creemos en la Resurrección de los muertos y en la vida más allá de este mundo. Y es durante el mes de noviembre cuando nos acordamos de manera especial de los seres queridos que abandonaron este «valle de lágrimas».
Un «valle de lágrimas», hoy, más que nunca. El COVID19 se ha llevado a muchos de los nuestros. Al margen de los fríos datos: entre 32.000 y 53.000 fallecidos por la pandemia, todos les ponemos caras. Eran vidas llenas de anhelos, risas, trabajos y amor. Personas con nombres que mencionamos millones de veces y a los que aprendimos a querer.
El 2 de noviembre es el día de difuntos, día en que los familiares querrán expresarles su cariño y su amor. En estos días tan difíciles y hoy más que nunca, para los cristianos,
¡¡¡Jesús es la resurrección y la vida!!!
Antonio Vaquerizo