MAYO, EL MES DE LA VIRGEN
Mayo siempre ha sido un mes especial para mí desde mi infancia. Como todos
los niños de la época lo asociaba a María y a mi madre, hecha a imagen y
semejanza de la Virgen: amorosa, abnegada, trabajadora y luchadora. Para mí
era un verdadero ejemplo y pasados los años, ya muchos, sigue siéndolo.
Recuerdo con un “punto” de nostalgia como todos los días en el colegio nos
llevaban al salón de actos para rezar a la Virgen. Rezar y también cantar:
“Venid y vamos todos con flores a porfía, con flores a María que madre nuestra
es”. Siempre lo llevaré en el corazón, como a ese profesor que con tonos
desafinada cantaba con devoción a la Virgen.
Han pasado muchos años y cada mes de mayo siento una alegría y al mismo
tiempo un pequeño nudo en la garganta al recordar esos momentos. La Virgen
debe ser el ejemplo, el espejo en que mirarnos para llegar a Jesús.
En el mes de la Virgen, un apasionado recuerdo y felicitación a todas las
madres.
Antonio Vaquerizo