El tiempo comienza a entretejer sus maquinaciones
Con el repique de 12 campanas que marcan la necesidad de una nueva agenda-calendario. Para el mundo, esa agenda se debe llenar de trabajos, negocios, fiestas, reuniones, etc…. ¿De que las debe llenar un católico? Pues … de trabajos, negocios, fiestas, reuniones, etc. Pero no de las mismas que el mundo. O al menos se debe notar que si hay un católico en medio de esas cosas ya no son iguales que las que marca el mundo. Si hay trabajos civiles, también y más importantes son los trabajos de la fe. Si hay negocios económicos, no hay mayor beneficio que alcanzar la Gloria a precio de amor. Si hay fiestas, no hay mayor fiesta que la Mesa de la Eucaristía. Si hay reuniones, debes procurar que Dios esté en medio de ellas, así las conclusiones serán más santas.
Por mucho tiempo que nos toque vivir, de nada vale si nos alejamos de la Voluntad de Dios. Cuando nos acercamos a la Voluntad de Dios, tendremos el tiempo cumplido.
Cada instante, vivido con el más absoluto desprendimiento y poniendo nuestros talentos en Manos de Dios estará llenando de vida nuestros años y no de años nuestra vida. Lo que un católico debe ver, con agradecimiento infinito, en el tiempo que vive, es la gran oportunidad que tiene de bendecir a Dios en cada hermano que nos encontramos en nuestro día a día cotidiano.
No hace falta ir a las selvas para predicar a Dios
Hace falta predicar a Dios en la selva de nuestro alrededor. Y en España cada día más. Y en nuestra ciudad, barrio, familia, debemos hacer presente a Jesús. Contra la maldita ideología que exige que las creencias deben hacerse en sitio cerrados y solo a titulo personal, debemos dedicar nuestro tiempo a predicar que la fe en Jesucristo es para todos, alcanza a todos los ámbitos de la vida y por lo tanto necesita ser pública.
Debemos hacerlo con humildad, si… pero también con valentía, decisión y convicción. Este año que comienzo a llenarse de cosas en las agendas, debemos llenarlos de trabajos apostólicos a los vecinos. Y hablarles de Dios. Llenarlos de negocios de eternidad. Y hablar nosotros con Dios. Llenarlos de fiestas. Y festejar a Dios con los demás en público. Llenar de reuniones con Dios en nuestras iglesias, parroquias, plazas. Y que Dios llene nuestras reuniones.
Nuestra Señora es exactamente lo que hizo toda Su Vida y nos dijo a nosotros que debías hacer…”Haced lo que Él os diga” y toda la fiesta, reunión, negocio de las Bodas de Caná salió perfecta incluso a los ojos del mundo.
Si de algo nos va a pedir cuentas Nuestro Señor es de como hemos llenado de Amor a Él y los hermanos la agenda del tiempo de nuestra vida. Y siempre es buen momento para empezar. Hoy.
Manuel García